Revolución molecular: una tecnología con ADN que podría sustituir la electrónica convencional
Investigadores de la Universidad de North Carolina State han logrado lo impensable: una tecnología que reemplaza los circuitos electrónicos por ADN para el almacenamiento y procesamiento de datos. No se trata solo de una curiosidad científica, sino de una revolución que podría cambiar para siempre cómo almacenamos, calculamos y manipulamos información.
El estudio, que se publica en Nature Nanotechnology, no solo demuestra que el ADN puede hacer lo que las computadoras actuales hacen, sino que lo hace con una eficiencia y durabilidad que la tecnología convencional no puede igualar.
Hasta ahora, los esfuerzos para usar ADN en tecnología de datos habían sido limitados. Si bien podían almacenar información, la computación y manipulación de esos datos seguía siendo un desafío. Eso ha cambiado. Este nuevo "motor de computación y almacenamiento de ADN primordial" puede almacenar, recuperar, calcular, borrar y reescribir información de manera repetida, una capacidad que era solo un sueño en el campo de la biotecnología.
La clave del éxito radica en la creación de estructuras poliméricas conocidas como dendricoloides, que actúan como una especie de andamiaje nanométrico donde el ADN puede ser depositado sin perder su densidad de datos. Estas estructuras no solo permiten almacenar cantidades masivas de datos en espacios diminutos, sino que también protegen el ADN, asegurando su integridad por miles de años.
“Imagina almacenar la memoria de miles de computadoras en algo tan pequeño como una goma de borrar”, afirma Albert Keung, líder del proyecto.
“Imagina almacenar la memoria de miles de computadoras en algo tan pequeño como una goma de borrar”, afirma Albert Keung, líder del proyecto.
Más allá de la capacidad de almacenamiento, la verdadera hazaña es que este sistema de ADN permite realizar cálculos complejos, como resolver problemas de sudoku y ajedrez, demostrando que no solo es viable, sino que tiene un potencial incalculable.
“Hemos creado una tecnología de ADN que abarca todo el espectro de operaciones de computación y almacenamiento que encontramos en la electrónica tradicional, pero con una durabilidad y eficiencia que supera con creces las limitaciones actuales”, explica Kevin Lin, coautor del estudio.
Este avance no solo marca un hito en la computación, sino que redefine nuestra relación con la tecnología, abriendo puertas a un futuro donde las máquinas podrían ser reemplazadas por estructuras biológicas, más pequeñas, poderosas y sostenibles.