República Dominicana, está compelida a redoblar la seguridad en todo nuestro territorio.
A los dominicanos nos inquieta saber cuál será la política exterior que adoptará el gobierno del presidente Luis Abinader en su segundo y último mandato respecto a Haití y la inmigración masiva que sigue fluyendo hacia nuestro país.
Todavía las bandas criminales azotan el territorio haitiano a dos meses de la presencia de las tropas kenianas, que parecen no tener la posibilidad de frenar a los bandidos sembradores de terror y violencia.
Es un panorama grave que luce fuera de control de los mecanismos de persecución policial haitiano incapaces de rediseñar junto a las tropas de Kenia una estructura de defensa capaz de aplastar a los vándalos responsables de muertes, violaciones y robos.
Muchos nos preguntamos sobre el poder real de las bandas armadas que continúan sus tropelías frente a las narices de los policías africanos. ¿O será que las logísticas, armas y facilidades de vehículos para el patrullaje son deficientes?
En ese contexto, es urgente que la comunidad internacional preste atención a ese panorama y duplique las ayudas al contingente keniano para que su misión sea efectiva y exitosa.
Los países que se comprometieron a brindar ayuda a la operación en territorio haitiano deben honrar sus palabras porque un eventual fracaso de esta sería desastroso para la estabilidad de la región.
Así, la República Dominicana, está compelida a redoblar la seguridad en todo nuestro territorio sin importar lo que ello representa en términos económicos.
Nuestra estabilidad y seguridad están por encima de cualquier cosa material y no podemos bajar la guardia en ninguna circunstancia.
El presidente Abinader tiene que mantenerse firme en la defensa del interés nacional y no dejarse presionar por organismos extranjeros que pretenden que los dominicanos sigamos cargando con la eterna crisis haitiana.
Habrá que preguntarse, ¿Qué hace la Dirección General de Migración con aquellas parturientas haitianas ilegales que vienen a parir en los hospitales públicos del país?
¿Al finalizar su proceso del parto son repatriadas o simplemente se quedan ilegalmente viviendo en la República Dominicana?
No olvidemos que el 40% de los partos realizados anualmente en los centros hospitalarios estatales son de haitianas, según el Ministerio de Salud Pública, lo que significa una erogación millonaria del presupuesto nacional.
En las escuelas públicas la matriculación de estudiantes haitianos se incrementó en los últimos 18 años, de acuerdo con el Ministerio de Educación, indicando que pasaron de 20,767 en 2005 a 173,416 en el 2023. Los mismos están distribuidos en escuelas públicas, colegios y centros de cogestión.
Los estudiantes de básica y secundaria haitianos superaron a los dominicanos en 21 centros estudiantiles públicos del Distrito Nacional, Herrera y Los Alcarrizos, en el período escolar 2022-2023, según datos del Minerd.
Cambios Militares
Mediante el decreto 445-24, el mayor general Carlos Antonio Fernández Onofre, fue ascendido al rango de teniente general y designado como nuevo ministro de Defensa.
El oficial sustituye en el cargo al teniente general Carlos Luciano Díaz Morfa, quien ha sido colocado en honrosa situación de retiro, con disfrute de la pensión correspondiente, por antigüedad en el servicio.
Fernández Onofre se desempeñó como comandante general del Ejército de República Dominicana desde agosto de 2022.
Por la disposición del decreto del Ejecutivo el mayor general Jorge Iván Camino Pérez, fue designado comandante General del Ejército de República Dominicana, y el general debrigada piloto Floreal Tarcicio Suárez Martínez, (FARD), ha sido ascendido a mayor general piloto y designado comandante General de la Fuerza Aérea de República Dominicana.
También el Ministerio de Defensa posesionó al general de brigada José H. Rodríguez Coste como nuevo director del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) en sustitución del general de brigada Freddy Rafael Soto Thormann, quien ahora es comandante de la Segunda Brigada de Infantería del Ejército de República Dominicana con sede en Santiago.
En Bávaro haitianos controlan servicios públicos
El principal centro turístico del país ha sido minado de haitianos que laboran en los hoteles, restaurantes, gimnasio y otras áreas.
¿Qué tan peligrosa es para la estabilidad nacional la presencia de millares de haitianos en el país? Sólo un recorrido por la comunidad de Bávaro, región Este, nos pone los pelos de punta.
Hay espacios donde ver a un dominicano es difícil porque predominan los haitianos, que preponderantemente están integrados al sector construcción, servicios domésticos, motoconchismo y en las áreas de limpieza, seguridad y operabilidad en los hoteles y supermercados también son mayoría.
En los Supermercados Bravo, por ejemplo, más del 90% de su personal son haitianos que ingresaron a República Dominicana por distintas vías.
Similar situación ocurre en localidades como Barahona; Dajabón, Elías Piña, La Romana y La Altagracia.
Ante la eterna crisis en Haití, agravada tras el magnicidio del presidente Jovine Moise, y con la intensificación de las atrocidades de las bandas criminales que siguen azotando ese territorio, los dominicanos contemplamos atónitos una invasión pacífica que tiene el beneplácito y control de los organismos internacionales.
Y el Instituto Duartiano a través de su presidente, Wilson Gómez, reiteró la seria amenaza que representa para la estabilidad nacional la masiva presencia en nuestro territorio de haitianos, algunos sin ningún tipo de documentación legal.
Consciente de ello, el presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, elevó nuevamente su voz este 16 de agosto ante la comunidad internacional en su alocución de toma de posesión para el mandato (2024-2028), exhortando a las potencias mundiales a mirar hacia Haití.
En ese escenario, y ante la mirada de varios jefes de Estado y de gobiernos, entre ellos, el Rey de España, Felipe VI, Abinader sentenció que el país no puede hacer más de lo que ha hecho por los haitianos.
Artículo de Manuel Díaz Aponte