Los científicos analizan las razones detrás del retraso del fenómeno climático
El fenómeno de La Niña sigue siendo un misterio para los meteorólogos, quienes observan con atención cómo su llegada se sigue dilatando. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) ha publicado un nuevo reporte que actualiza el estado de La Niña y su posible fecha de llegada.
Los resultados son los esperados: La Niña todavía no se ha desarrollado. Actualmente, el océano se encuentra en una fase Neutral, lo que significa que la temperatura superficial del mar (TSM) no es lo suficientemente fría para desencadenar el fenómeno. Según el informe, las TSM están “por encima del promedio del Pacífico occidental, cerca del promedio en el Pacífico central oriental y por debajo del promedio en el Pacífico oriental”.
No es el único caso que ha llamado la atención. Antes, los meteorólogos de la NOAA observaron que el Atlántico se está enfriando a una velocidad récord, complicando las predicciones climáticas. En los últimos tres meses, las temperaturas en una parte de este oceno han disminuido más rápidamente que en cualquier otro momento desde 1982, desafiando las expectativas de una temporada de huracanes especialmente intensa.
Creen que este enfriamiento podría estar relacionado con un fenómeno emergente, apodado "Niña Atlántica", que está ocurriendo justo antes de la prevista transición a una La Niña en el Pacífico. Este patrón anómalo podría tener un efecto dominó en el clima global, afectando desde las precipitaciones en el Sahel africano hasta la cantidad de huracanes que se originan en el Atlántico.
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Volviendo al tema de porque se está demorando La Niña en manifestarse, la NOAA prevé que el fenómeno podría desarrollarse entre septiembre y noviembre, con una probabilidad del 66%, y persistir hasta el invierno del hemisferio norte, con una probabilidad del 74%. Esto confirma que, al menos en lo que resta de agosto, el fenómeno no se manifestará plenamente.
El informe revela que las condiciones necesarias para La Niña aún no se han alcanzado, con temperaturas de la superficie del mar que deberían estar -0.5ºC por debajo del promedio, algo que no ha ocurrido. Los valores actuales de las anomalías de calor del océano superior y el índice de pendiente de la termoclina reflejan un estado ENSO-neutral.
El Índice Niño Oceánico (ONI), que ayuda a medir las fases de El Niño, La Niña o Neutral, se sitúa en 0.2 ºC, lo cual indica que aún estamos lejos de una fase de La Niña. La NOAA reitera que se espera mantener la fase neutral durante los próximos meses, aunque algunos modelos sugieren una transición hacia La Niña para finales de 2024.
Los científicos atribuyen el retraso en la llegada de La Niña a las temperaturas superficiales del mar que se mantienen cercanas a la media. No obstante, las aguas más frías en la subsuperficie del océano Pacífico tropical podrían ser un indicio de que La Niña se está gestando, aunque a un ritmo más lento de lo previsto.
Además, la racha de calor global, exacerbada por el cambio climático, podría estar jugando un papel en esta demora, añadiendo incertidumbre sobre la intensidad y los posibles impactos de La Niña en su próxima manifestación.