Que se sepa, ninguna cultura humana lo ha elevado como símbolo. Nunca se ha escrito un estudio profundo sobre su procedencia y destino. No ha habido humano que lo haya considerado como cosa prohibida. No figura entre las causas de enfermedades que llevan a la muerte. Es el único líquido que estimula el pensar en las primeras horas del día. No emborracha, pero lleva a rechazar rotundamente a los borrachos. No es causa de ninguna discusión entre consumidores. Es lo primero en lo que piensas cuando te levantas. Es… (Perdón, oigo que ya subió el café y, como siempre, debo servirme la primera taza para empezar el día).