Gobierno de Lula expresa preocupación, pero mantiene tono diplomático.
BRASILIA, Brasil.- En un contexto cada vez más tenso en América Latina, las autoridades brasileñas han optado por mantener la calma tras la emisión de una orden de arresto contra el opositor venezolano Edmundo González. Este martes, Celso Amorim, principal asesor en asuntos internacionales de la Presidencia de Brasil, afirmó que la situación "hace todo aún más difícil", pero descartó que el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva adopte una postura más contundente contra el régimen de Nicolás Maduro.
Amorim, conocido por su enfoque diplomático, subrayó que Brasil no pretende incrementar la presión sobre Caracas. "Soy de la época de la bossa nova. No subiremos el tono", declaró Amorim al diario brasileño 'O Globo', haciendo alusión a su estilo moderado en la gestión de relaciones exteriores.
Estas declaraciones se producen en un momento en que ocho países de la región ya han manifestado su descontento con la medida judicial adoptada por Venezuela.
A pesar de la cautela mostrada hasta ahora, se espera que el gobierno brasileño emita una declaración oficial más extensa sobre el asunto en las próximas horas. Según fuentes cercanas al Ejecutivo, mantener el silencio no es una opción viable, aunque el comunicado tendrá un enfoque político que evite confrontaciones directas con el gobierno venezolano.
Este episodio pone de relieve las complejidades de la diplomacia regional y la delicada posición que Brasil busca mantener en su relación con Venezuela, en un momento en que la estabilidad política de la región enfrenta serios desafíos. La respuesta del gobierno de Lula será crucial para definir el tono de las futuras interacciones en el escenario internacional.