Las condiciones ambientales influyen más que la lluvia en el agua
La gobernanza y las políticas medioambientales en zonas de origen de humedad son tan cruciales como la propia disponibilidad de agua. Ignorar este enfoque integral podría llevarnos a una crisis hídrica mundial sin precedentes, donde las decisiones locales impactan en la seguridad global del agua.
Así lo indica un reciente estudio publicado en Nature Water que ha revelado una verdad preocupante: los riesgos para el suministro de agua son mucho mayores de lo que se pensaba. No se trata solo de la lluvia que cae y llena ríos y lagos. La verdadera amenaza se esconde en las condiciones ambientales de las zonas de donde proviene la humedad para la lluvia, conocidas como zonas de barlovento.
¿Qué es lo que realmente está en juego? Normalmente, cuando pensamos en la disponibilidad de agua, imaginamos la lluvia almacenada en acuíferos, ríos y lagos. Sin embargo, el estudio dirigido por Fernando Jaramillo, profesor de geografía física en la Universidad de Estocolmo, demuestra que debemos mirar más allá.
Considera que es crucial considerar cómo la humedad evaporada de océanos y tierras viaja a través de la atmósfera antes de transformarse en lluvia. Estas áreas de origen, llamadas cuencas de precipitación, son fundamentales para la seguridad hídrica global, y no se les ha dado la atención que merecen.
Una nueva perspectiva sobre el agua:
Tradicionalmente, la evaluación del riesgo hídrico se ha centrado en una perspectiva aguas arriba, pero el enfoque hacia las áreas de barlovento revela que los riesgos son mucho mayores. Jaramillo y su equipo estudiaron 379 cuencas hidrológicas a nivel mundial y descubrieron que los riesgos hídricos aumentan un 50% cuando se considera el origen del agua contra el viento.
Este aumento implica que 32.900 km³ de necesidades hídricas enfrentan un riesgo extremadamente alto, comparado con los 20.500 km³ evaluados bajo los métodos tradicionales.
El impacto es claro:
La deforestación y la agricultura no regulada en áreas de barlovento reducen la humedad disponible, afectando la lluvia en regiones aguas abajo y exacerbando los riesgos para la seguridad hídrica.
"En los países costeros como Filipinas, la mayor parte de la lluvia proviene del mar, lo que significa que los cambios en el uso del suelo plantean muy pocos riesgos para la seguridad hídrica. En cambio, en los países del interior, como Níger, las precipitaciones proceden principalmente de la humedad que se evapora en países vecinos como Nigeria y Ghana. Esto pone a muchos países sin litoral en una situación de alto riesgo en lo que respecta a la seguridad hídrica que se ve afectada por los cambios en el uso del suelo", afirma Fernando Jaramillo.
En otras palabras, los factores políticos, como la gestión medioambiental y las normativas en las zonas donde primero se evapora la humedad, pueden afectar a la seguridad hídrica en zonas completamente diferentes.
"Por ejemplo, la cuenca del río Congo, que depende en gran medida de la humedad de los países vecinos con un bajo rendimiento medioambiental y una mala gobernanza según los indicadores globales, se enfrenta a riesgos considerables debido a la posible deforestación y a los cambios no regulados en el uso del suelo en las zonas vecinas", afirma Lan Wang-Erlandsson, investigador del Centro de Resiliencia de Estocolmo de la Universidad de Estocolmo y coautor del estudio.