Turquía había decidido unirse al grupo de economías emergentes ante la falta de avances en su senda europea.
MADRID, 2 Sep. (EUROPA PRESS) -La Unión Europea ha señalado este martes que los BRICS tienen objetivos "totalmente distintos" al bloque europeo, en respuesta a la intención de Turquía de unirse al grupo de economías emergentes ante la falta de avances en su senda europea.
En rueda de prensa desde Bruselas, el portavoz de Exteriores del bloque, Peter Stano, ha indicado que la UE espera que los candidatos a la adhesión, caso de Ankara desde 2006, "apoyen los valores europeos" además de cumplir con sus obligaciones en el marco de acuerdos comerciales y alinearse con la política exterior de la UE.
Así las cosas, Stano ha avisado de que los candidatos a ingresar en la UE tienen que "alinearse en todo" en el punto de acceder al bloque europeo y ha recordado a Ankara que los BRICS y la UE son organizaciones "totalmente distintas". "En objetivos, en estructura o en reglas de organización", ha ahondado.
El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan lleva varios meses trabajando para unirse a los BRICS, con el objetivo de reforzar su influencia a nivel internacional y diversificar sus lazos más allá de Occidente, según adelantó 'Bloomberg'.
Acorde a estas informaciones, las autoridades turcas habrían presentado la solicitud hace meses ante la falta de avances con su proceso de incorporación a la Unión Europea y por los vínculos labrados con Rusia tras el inicio de la invasión de Ucrania en 2022.
El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan lleva varios meses trabajando para unirse a los BRICS, con el objetivo de reforzar su influencia a nivel internacional y diversificar sus lazos más allá de Occidente, según adelantó 'Bloomberg'.
Turquía solicitó formalmente su entrada en la UE en 1987, si bien tuvo que esperar a 1999 para que se le diera el estatus de país candidato y hasta 2005 para el inicio de conversaciones. Ankara ha denunciado en varias ocasiones la falta de avances en el proceso, el más largo para la adhesión de un país al bloque, que de hecho lleva años congelado por los retrocesos democráticos de Ankara.
El país es uno de los vecinos más incómodos para la UE, pese a su condición de candidato, debido a las tensiones por las exploraciones gasísticas en aguas en disputa con Grecia y Chipre en el Mediterráneo oriental, la influencia turca en Libia, el apoyo de Erdogan a dividir Chipre o el hostigamiento a la disidencia interna, aparte del abandono de compromisos internacionales como la Convención de Estambul sobre violencia de género.
Además, es también miembro de la OTAN, condición que las autoridades turcas defienden compatibilizar con la futura entrada en los BRICS. Sus trabas en el seno de la organización militar retrasaron la entrada de Suecia y Finlandia, que lograron el visto bueno turco solo después de realizar concesiones a Ankara en la lucha de ambos países contra el terrorismo del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).