Humanos enfrentan dilemas éticos sobre robots que manipulan y ocultan verdades
Las normas sociales guían a los humanos a decidir cuándo decir la verdad para evitar daños. Pero, ¿cómo aplicamos estas reglas a los robots que ya trabajan junto a nosotros? Un estudio publicado en Frontiers in Robotics and AI exploró si los humanos tolerarían que los robots mientan, revelando una peligrosa zona gris entre la tecnología y la ética.
En este experimento, 498 personas evaluaron diferentes formas de engaño robótico. Desde robots que mienten a pacientes con Alzheimer sobre la llegada de seres queridos fallecidos, hasta autómatas de limpieza que filman en secreto sin avisar a los usuarios, el estudio analizó cómo estos escenarios impactaban la percepción humana.
Los resultados muestran una clara línea roja: el engaño oculto, donde los robots esconden información sobre sus capacidades, fue el más rechazado. Los participantes sintieron que tales acciones vulneran la confianza y el consentimiento.
Sin embargo, la mentira más aceptada fue el engaño dirigido a aliviar el dolor emocional. Los robots que engañaban para proteger los sentimientos fueron justificados por muchos, demostrando que la compasión humana puede ser manipulada a través de la tecnología. ¿El peligro? Un potencial uso malintencionado de estas tácticas.
El autor del estudio, Andrés Rosero, plantea la alarma: si los desarrolladores permiten que la IA o los robots oculten la verdad, la manipulación a gran escala podría volverse una realidad. Ante esto, es urgente establecer una regulación para proteger a los usuarios de los engaños invisibles que ya acechan en la tecnología diaria. Europa Press