Critica sanciones internacionales y propone elecciones sin apoyar a ningún bando
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha reafirmado su postura este viernes de no romper relaciones diplomáticas con Venezuela, a pesar de su crítica abierta al gobierno de Nicolás Maduro.
Durante una entrevista con la emisora de radio Difusora, Lula expresó su descontento con el comportamiento del mandatario venezolano tras las elecciones de julio, calificándolo como “decepcionante”. Sin embargo, dejó claro que Brasil no romperá relaciones con el país caribeño.
Lula rechazó enfáticamente las sanciones impuestas contra Venezuela por la comunidad internacional, insistiendo en que “no dañan a Maduro, sino al pueblo”.
Según el mandatario brasileño, los bloqueos económicos solo agravan la situación de los ciudadanos venezolanos, mientras los líderes del régimen permanecen prácticamente inafectados. "No estoy de acuerdo con el castigo unilateral", afirmó con contundencia.
Aunque Lula ha sido crítico con la gestión de Maduro, no apoya tampoco a la oposición venezolana. "No reconoceremos la victoria de Maduro, pero tampoco la de los opositores", subrayó, mostrando una posición neutral.
Esta postura pragmática de Lula refleja un delicado equilibrio en su política exterior: critica la falta de democracia en Venezuela sin cortar lazos diplomáticos, y rechaza las sanciones internacionales mientras defiende al pueblo venezolano, buscando un camino intermedio entre la confrontación directa y el respaldo absoluto.
La falta de transparencia en los resultados electorales ha sido uno de los principales puntos de crítica de Lula, quien lamenta que Maduro no haya publicado las actas íntegras de los comicios, aumentando así la desconfianza tanto dentro como fuera de Venezuela.
En línea con su visión de resolver la crisis política de forma pacífica, Lula ha sugerido en varias ocasiones la convocatoria de nuevas elecciones como una salida viable. Este viernes, reiteró esta propuesta, afirmando que Maduro debería demostrar si realmente cuenta con el apoyo del pueblo a través de unas nuevas elecciones.
Sin embargo, Lula admitió que Maduro "no lo hará", mostrando escepticismo sobre cualquier posibilidad de renovación democrática en el corto plazo.
Esta postura pragmática de Lula refleja un delicado equilibrio en su política exterior: critica la falta de democracia en Venezuela sin cortar lazos diplomáticos, y rechaza las sanciones internacionales mientras defiende al pueblo venezolano, buscando un camino intermedio entre la confrontación directa y el respaldo absoluto. Con datos de Europa Press