La emotiva celebración reunió a familiares y amigos en Santo Domingo para honrar medio siglo de unión matrimonial.
Santo Domingo, República Dominicana.– El sábado 7 de septiembre de 2024, los esposos Rafaela Croussett y Ramón Antonio Hernández celebraron su Boda de Oro, marcando 50 años de matrimonio en una emotiva ceremonia que resaltó el legado de amor y unidad familiar que han construido a lo largo de medio siglo. Rodeados de sus seres queridos, la pareja conmemoró este hito en un ambiente cargado de sentimientos y recuerdos.
Casados desde 1974, Rafaela y Ramón han forjado una sólida familia con cuatro hijos: Sarah Hernández, abogada y periodista, Juan Ramón, Ruth Esther y Juan Rafael. Todos ellos estuvieron presentes, salvo Juan Ramón, quien reside en Nueva York, y Ewris Clase, el primer nieto de la pareja, residente en Nebraska. A pesar de su ausencia física, ambos participaron virtualmente, emocionando profundamente a los asistentes.
La ceremonia dio inicio con una oración de agradecimiento a Dios por la salud y unión de la pareja, guiada por Rosina Guzmán de Jesús, representante de la Parroquia San Maximiliano Kolbe. Este acto espiritual marcó un inicio conmovedor, reflejando la fe que ha sido el pilar fundamental en la vida de Rafaela y Ramón.
Sarah Hernández, la hija mayor, ofreció un emotivo discurso donde resaltó los valores que sus padres les inculcaron. "Nos enseñaron a valorar la familia, a trabajar con disciplina y responsabilidad, y a caminar siempre en amor", expresó Sarah. Sus palabras resonaron entre los presentes, generando aplausos y lágrimas en igual medida. La fiesta de celebración se efectuó en el área social de la residencia de Ruth Hernandez y Pericles Santana, quienes se destacaron en su rolles de anfitriones.
Uno de los momentos más memorables de la celebración fue la proyección de un video homenaje. Juan Ramón y Ewris Clase enviaron mensajes desde el extranjero, con palabras que tocaron profundamente los corazones de los presentes. "Gracias por enseñarnos el valor de la familia. Los adoro y deseo mucha salud para ustedes", dijo Juan Ramón, mientras que Ewris, el nieto mayor, agregó: "Los amo, abuelos. Ustedes son el ejemplo de que las raíces familiares siempre nos mantienen unidos, sin importar cuán lejos estemos".
La sorpresa de la noche fue la llegada inesperada de Mary y Magalys Hernández, quienes habían sido pajes en la boda original de Rafaela y Ramón hace 50 años. Su presencia, cargada de nostalgia, despertó recuerdos de aquel día en 1974, cuando, siendo niñas, acompañaron a la pareja al altar. Este reencuentro fue un hermoso tributo al pasado, y llenó la noche de una atmósfera de felicidad y recuerdos compartidos.
La celebración continuó con la participación de familiares y amigos, quienes viajaron desde diversas ciudades, como Santiago y San Francisco de Macorís, para ser testigos de este momento único. Los invitados, entre ellos vecinos y amigos cercanos, compartieron con la pareja sus mejores deseos y recuerdos.
Isabel Sosa Rodríguez tuvo el honor de dirigir la bendición de los alimentos, agradeciendo la oportunidad de compartir un momento tan significativo en un ambiente de armonía y unión. La cena, cuidadosamente preparada por la chef Irene Moreno, de "Yantal al Pilón", deleitó a los presentes con una exquisita selección de platos que realzaron aún más la calidez de la noche.
La música estuvo a cargo de Uzias DJ Music, quien con su saxofón creó una atmósfera de sofisticación y elegancia que acompañó cada momento de la velada. La decoración, realizada por Awilda Miller y su empresa "Valen Fiesta", transformó el espacio en un entorno floral y elegante, lleno de rosas naturales y helechos, que simbolizaban la fortaleza y la belleza de la relación de la pareja.
La Boda de Oro de Rafaela Croussett y Ramón Antonio Hernández fue mucho más que una celebración. Fue un tributo a la fortaleza del amor verdadero, a la fe y al compromiso. En medio de abrazos, risas y lágrimas, la pareja demostró que el amor, cuando es sincero, puede superar cualquier desafío, dejando un legado imborrable para las futuras generaciones de su familia.