Desigualdad rural y la urgencia de políticas educativas inclusivas
El mundo enfrenta una crisis educativa alarmante: se necesitan 44 millones de profesores antes de 2030 para cumplir las metas globales de educación gratuita y accesible, según el informe de Entreculturas titulado "Educación rural, entre el olvido y la reivindicación".
Sostiene que sin esta fuerza docente, la promesa de educación primaria y secundaria gratuita quedará inalcanzable, afectando principalmente a las poblaciones rurales y empobrecidas.
En América Latina y el Caribe, la situación es aún más crítica. Para el año 2040, la región requerirá un 70% más de profesores que en 2017, lo que refleja una profunda brecha educativa.
Informe indica que de los 44 millones de nuevos docentes que el mundo necesita, 13 millones deberán enfocarse en primaria y 31 millones en secundaria, recoge Europa Press.
Además, revela que 72 millones de niños siguen fuera del sistema educativo, y en países de renta baja, sólo uno de cada cinco niños accede a educación preescolar.
En América Latina y el Caribe, la situación es aún más crítica. Para el año 2040, la región requerirá un 70% más de profesores que en 2017, lo que refleja una profunda brecha educativa.
A esto se suma el sombrío panorama del trabajo infantil, que afecta a 168 millones de menores, de los cuales un 83% entre cinco y once años trabaja en el sector agrícola.
Desigualdad rural, género y pandemia: un cóctel explosivo
Las disparidades educativas entre zonas rurales y urbanas son evidentes, y la pandemia de COVID-19 ha agravado esta situación.
Mientras en zonas urbanas de África un 60% de la población tiene acceso a Internet, en áreas rurales esta cifra cae al 24%.
En regiones rurales, solo el 11% de las niñas en situación de pobreza completa su educación secundaria, un dato devastador que pone de relieve las barreras estructurales que enfrentan.
Entreculturas subraya la urgencia de políticas públicas que prioricen la educación en áreas rurales.
Propuestas como cupos especiales para estudiantes rurales y programas educativos específicos para adultos, con especial atención a las mujeres, son esenciales para cerrar la brecha educativa.