El grupo es casi un 50% más propensos a desarrollar diabetes tipo 2
Aquellos que prefieren las noches no solo tienen más grasa corporal y cinturas más grandes, sino que son un 46% más propensos a desarrollar diabetes tipo 2 (DT2) que los madrugadores, según un nuevo estudio presentado en la Reunión Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD).
Esta investigación realizada por el doctor Jeroen van der Velde y su equipo del Centro Médico de la Universidad de Leiden, Países Bajos, profundiza en cómo el cronotipo tardío, es decir, quienes se acuestan y despiertan tarde, impacta negativamente en la salud metabólica.
Desajuste circadiano y acumulación de grasa visceral
El estudio, que incluyó a más de 5,000 personas con una edad promedio de 56 años y un índice de masa corporal (IMC) medio de 30 kg/m², revela que los noctámbulos tienen un IMC 0.7 kg/m² más alto que aquellos con un cronotipo intermedio.
Además, presentan una circunferencia de cintura 1.9 cm mayor, 7 cm² adicionales de grasa visceral, y un contenido de grasa hepática 14% más alto.
Esto es significativo porque tanto la grasa visceral como la hepática están relacionadas con un mayor riesgo de enfermedades metabólicas, incluida la diabetes.
El estilo de vida no es suficiente para explicar el riesgo
Aunque el estilo de vida, como fumar o tener una dieta poco saludable, ha sido vinculado anteriormente al cronotipo tardío, el estudio ajustó estos factores y aún encontró una diferencia significativa en el riesgo de diabetes.
El hallazgo sugiere que el cronotipo, por sí solo, juega un papel en el desarrollo de DT2, recoge Europa Press.
El desajuste circadiano, provocado por la falta de sincronización entre el reloj biológico y los horarios laborales o sociales, podría ser la causa principal. Este desajuste genera alteraciones metabólicas que aumentan el riesgo de desarrollar diabetes.
Implicaciones para la salud pública
Estos hallazgos destacan la necesidad de considerar los ritmos circadianos en la prevención y tratamiento de la diabetes tipo 2. "El siguiente paso es investigar si aquellos con un cronotipo tardío mejoran su salud metabólica al realizar ajustes en sus hábitos de sueño y estilo de vida", afirma el doctor van der Velde.
Indica que ajustar horarios laborales y promover una mayor flexibilidad podría ser una medida para mitigar el impacto en la salud de los noctámbulos.