El precio del presentismo: Obligación oculta y cultura laboral tóxica destruyen la productividad
El “presentismo” es una bomba de tiempo en las empresas modernas. Trabajar estando enfermo, impulsado por un sentido erróneo del compromiso o una aplastante inseguridad, está costando a las organizaciones hasta 150 mil millones de dólares anuales. ¿El culpable? La cultura laboral que normaliza estar siempre presente, incluso a costa de la salud de los empleados.
Una investigación liderada por Claire Smith, de la Universidad del Sur de Florida, publicada en el Journal of Occupational and Organizational Psychology, presenta la “Escala de Presión por Presentismo”, un nuevo indicador que mide cómo las empresas fomentan esta peligrosa práctica.
Refiere que los trabajadores no solo sienten que es su responsabilidad personal asistir enfermos, sino que las empresas lo esperan como algo rutinario.
El resultado de esta presión no es solo un aumento en la pérdida de productividad. Las consecuencias incluyen comportamientos desviados, como robos o maltrato a compañeros, así como una creciente insatisfacción que impulsa a los empleados a abandonar sus trabajos.
Así, en un análisis de más de 800 trabajadores de diversas industrias, quedó claro que la presión para estar presente no solo daña la salud de los empleados, sino también la de las empresas.
Los costos asociados al presentismo son asombrosos. En un seguimiento de 350 trabajadores durante tres meses, se observó que el presentismo tiene un impacto destructivo, no solo en el bienestar del personal, sino en la moral general y la eficiencia de las empresas.
Con esta cultura tóxica propagándose, la solución radica en una reevaluación urgente de las normas laborales, priorizando la salud mental y física del personal por encima de cualquier expectativa de presencia incuestionable.