Las madres que se "entrometen" en las amistades de sus hijos empeoran el mal comportamiento, según estudio
Un estudio reciente de la Universidad Atlántica de Florida revela que cuando los padres prohíben amistades en un intento de corregir el mal comportamiento de sus hijos, logran el efecto contrario. Esta intervención, que busca proteger a los niños de influencias negativas, termina aislándolos socialmente y exacerbando los problemas de conducta que los padres intentaban prevenir.
Publicado en The Journal of Child Psychology and Psychiatry, el estudio siguió a más de 500 adolescentes y mostró que las madres que desaprueban a los amigos de sus hijos dañan involuntariamente la posición social de estos, lo que genera un ciclo destructivo de rechazo entre compañeros.
En lugar de resolver los problemas, esta actitud empuja a los niños a relacionarse con compañeros aún más problemáticos, forjando amistades que solo empeoran su conducta.
El profesor Brett Laursen, coautor del estudio, sostiene que "la desaprobación de los amigos por parte de la madre tiene consecuencias contraproducentes para los problemas de conducta debido al impacto nocivo que tiene en el estatus de los pares."
Prohibir amistades es un error que agrava los problemas de conducta. Las restricciones parentales generan aislamiento social y empeoran el comportamiento juvenil
Según Laursen, la intervención parental suele llevar a que los compañeros rechacen al niño, marginándolo aún más y reduciendo sus oportunidades de interacción social saludable.
El estudio destaca que las prohibiciones pueden cortar amistades, pero no solucionan el problema de fondo. Los niños, al verse aislados, tienden a buscar compañía en otros jóvenes igualmente marginados, que suelen tener conductas disruptivas.
Indica que el aislamiento incrementa la angustia emocional del menor y reduce las oportunidades de desarrollar habilidades sociales, perpetuando el círculo vicioso de mala conducta.
La clave, según los investigadores, es que los padres enfoquen su energía en construir relaciones positivas con sus hijos y en fomentar interacciones supervisadas y constructivas entre compañeros, en lugar de prohibir amistades.
Sostienen que esto crea un ambiente más propicio para el desarrollo social adecuado y rompe la espiral descendente de rechazo y problemas de adaptación. Con datos de Europa Press