Recuperan parte del botín y desmantelan a la temida ‘Los Rayos McQueen Gris’
En un contundente operativo en Santiago, agentes de la Dirección Central de Investigación (DICRIM) y miembros del Ministerio Público capturaron a seis hombres involucrados en el brutal asalto a un mensajero, a quien despojaron de casi 3 millones de pesos en las afueras de una entidad bancaria.
La banda, conocida como ‘Los Rayos McQueen Gris’, sembró el pánico con su violento atraco, pero su carrera criminal terminó en las manos de la justicia.
Entre los detenidos se encuentran Johan Javier Santana Pichardo, alias el cabecilla de la banda, y Wellington Saúl de la Rosa, responsable de cambiar la placa falsa del vehículo usado en el robo.
Junto a ellos cayeron Darío Alexander Arias Jiménez, supervisor de seguridad del banco y quien facilitó la ubicación del mensajero, Josías Miguel Tavárez Arias, encargado de rentar y conducir el vehículo, Miguel Ángel Fadul Abreu, quien encañonó al mensajero.
Los delincuentes interceptaron al mensajero y tras encañonarlo con armas de fuego, le arrebataron dos bolsas negras con RD$2,861,600.
También fue apresado Jan Carlos Tavárez Tavárez, alias “El Cojo”, quien intimidó a la víctima y fue capturado con RD$300,000 en su poder.
El asalto, perpetrado el 16 de septiembre, dejó a la ciudad conmocionada. Según el informe policial, los delincuentes interceptaron al mensajero en un vehículo KIA K5 blanco y, tras encañonarlo con armas de fuego, le arrebataron dos bolsas negras con RD$2,861,600.
No contentos con el botín, abrieron fuego contra la seguridad del banco antes de darse a la fuga.
Las autoridades, tras una intensa labor de inteligencia, recuperaron RD$1,090,000 del monto robado y confiscaron dos pistolas sin documentos, una escopeta, tres cargadores y otros elementos usados en el crimen, incluyendo pasamontañas.
La operación dejó al descubierto un entramado delictivo que operaba con frialdad y precisión, contando incluso con la complicidad de empleados del banco.
Con la detención de ‘Los Rayos McQueen Gris’, se envía un claro mensaje: en la República Dominicana no hay espacio para el crimen organizado. Sin embargo, queda la pregunta: ¿hasta dónde llega la red de complicidades que permitió este violento atraco? Las investigaciones continúan.