Temores globales y recortes de la Fed impulsan su precio a nuevas alturas
El oro, el refugio financiero por excelencia en tiempos de incertidumbre, ha alcanzado un nuevo récord histórico al dispararse a 2,625 dólares la onza troy este viernes, marcando un alza de 1.4% en un mercado sacudido por el reciente recorte de tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos.
La decisión de la Fed de reducir las tasas al rango del 4.75-5% ha encendido las alarmas en los mercados, provocando una fiebre del oro sin precedentes, destaca Europa Press.
El metal precioso ya venía coqueteando con sus máximos históricos, batiendo récord tras récord en las últimas semanas ante la expectativa de que la Fed finalmente llevaría a cabo este polémico recorte.
Y así fue: el miércoles, apenas con el anuncio de la medida, el oro tocó fugazmente los 2,600 dólares, pero este viernes consolidó su nueva marca histórica, reflejando la aversión al riesgo que ha dominado el ambiente financiero global.
Pero la incertidumbre no se limita solo a la política monetaria. Las crecientes tensiones en Medio Oriente, con un conflicto entre Israel y el Líbano que amenaza con desestabilizar aún más la región, han añadido más combustible a este ascenso meteórico.
El oro, que tradicionalmente actúa como refugio en tiempos de crisis, se ha beneficiado enormemente de este contexto volátil, acumulando en lo que va de año una revalorización impresionante de casi un 27%.
Bank of America ya pronosticó en junio que la onza podría llegar hasta los 3,000 dólares en los próximos 12 a 18 meses, impulsada por la creciente demanda de los bancos centrales y los constantes conflictos geopolíticos.
La situación no se queda ahí. Según los expertos, la flexibilización monetaria está lejos de terminar. El Banco Central Europeo también recortó sus tasas la semana pasada, y el mercado especula que podríamos estar en el inicio de una nueva era de tasas bajas a nivel global, lo que haría que el oro continúe su racha alcista.
Sergio Ávila, analista de IG, señala que este entorno de debilidad del dólar y caída en los rendimientos de los bonos ha consolidado al oro como el activo refugio por excelencia para los inversores que buscan protegerse de la tormenta económica.
Bank of America ya pronosticó en junio que la onza podría llegar hasta los 3,000 dólares en los próximos 12 a 18 meses, impulsada por la creciente demanda de los bancos centrales y los constantes conflictos geopolíticos. Si este pronóstico se cumple, estaríamos ante un hito histórico que dejaría al oro como el rey indiscutible de los activos de refugio.
Desde octubre de 2023, cuando la milicia islamista Hamás atacó Israel, el precio del oro ha escalado un vertiginoso 43%, impulsado por la inseguridad global y la fiebre de los bancos centrales por acumular reservas del metal precioso.
Dicha tendencia no parece tener freno y ya ha superado los niveles de 2020, cuando la pandemia empujó su valor a las nubes, o incluso de 2022, tras el estallido de la guerra en Ucrania.
La pregunta que todos se hacen ahora es: ¿hasta dónde llegará el oro? En un mundo sumido en el caos económico y político, el metal dorado sigue su ascenso imparable, dejando a su paso una estela de récords y revalorizaciones que desafían cualquier previsión.
Y mientras el escenario global siga siendo tan incierto, el oro continuará brillando como el refugio dorado de la humanidad.