Bombardeo en Beirut deja ocho muertos y decenas de heridos, incluye a Ibrahim Akil
BEIRUT, Líbano.- El reciente bombardeo en el sur de Beirut ha sacudido la región, con un saldo preliminar de ocho muertos y 59 heridos, según las autoridades libanesas. El ataque, realizado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), ha sido descrito como "selectivo" y ha alcanzado un edificio en Dahieh, un bastión de la organización Hezbolá. Este suceso intensifica el temor de una posible expansión del conflicto en Oriente Próximo.
El Ejército israelí confirmó que llevó a cabo un "ataque selectivo" en Beirut, aunque no ofreció detalles adicionales sobre el objetivo específico. Sin embargo, informes locales apuntan a que el ataque tenía como blanco a Ibrahim Akil, un destacado miembro de Hezbolá con una larga trayectoria dentro del Consejo de la Yihad de la organización. Fuentes citadas por la cadena libanesa LBCI indicaron que Akil era el principal objetivo, y se le vinculaba con atentados históricos, como el ataque a la Embajada de Estados Unidos en 1983.
Hasta el momento, no se ha confirmado oficialmente su muerte, pero informes preliminares de medios internacionales, como Reuters y AFP, sugieren que Akil habría fallecido en el ataque, junto con otros miembros de la fuerza Radwan, la unidad élite de Hezbolá.
Reacciones en Líbano
El primer ministro interino de Líbano, Nayib Mikati, condenó enérgicamente el bombardeo, acusando a Israel de actuar sin "consideraciones humanitarias, jurídicas o morales". Mikati convocó una reunión de emergencia y llamó a la comunidad internacional a intervenir, pidiendo una respuesta clara y firme ante lo que calificó como una "agresión israelí".
Por su parte, el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasralá, también condenó el ataque, señalando que Israel había cruzado todas las "líneas rojas". Nasralá calificó el bombardeo como una "masacre sin precedentes", afirmando que el conflicto se encuentra en un punto crítico que podría desatar una escalada mayor en la región.
Contexto del conflicto
Este bombardeo se produce en medio de una creciente tensión entre Israel y Hezbolá. Días antes, dispositivos de comunicaciones pertenecientes a la organización fueron atacados, dejando un saldo de 40 muertos y miles de heridos. Estos ataques, atribuidos a Israel, aumentaron las fricciones entre ambas partes, elevando el riesgo de un conflicto regional más amplio.
A la par, Israel presentó la semana pasada a Estados Unidos sus "planes operativos" respecto a Líbano, lo que indica que el conflicto podría estar entrando en una fase más agresiva. En este contexto, la comunidad internacional, encabezada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, se prepara para discutir las recientes acciones y buscar una solución que frene la escalada.
Implicaciones para Oriente Próximo
La muerte de Ibrahim Akil, de confirmarse, representaría un golpe significativo para Hezbolá, dado su papel clave en las operaciones militares de la organización. Sin embargo, también podría provocar una respuesta más contundente por parte de la milicia chií, que cuenta con el respaldo de Irán, elevando las tensiones no solo en Líbano, sino en todo Oriente Próximo.
El secretario general de la ONU, António Guterres, instó a ambas partes a evitar el uso de armas contra civiles, recordando que los ataques indiscriminados violan las leyes internacionales. Guterres hizo un llamado a la calma, pero la situación sigue siendo volátil, con nuevos ataques posibles en cualquier momento.
En conclusión, mientras la región se mantiene en vilo, la posibilidad de una expansión del conflicto se vuelve cada vez más real, con Líbano e Israel en el centro de una creciente tormenta geopolítica.