La vicepresidenta desafía a Trump mientras los votantes ya emiten su decisión
MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) – El expresidente Donald Trump, actual candidato republicano a la Casa Blanca, ha decidido no participar en un segundo debate presidencial contra la vicepresidenta Kamala Harris. Esta decisión llega en un momento crucial, ya que muchos estadounidenses han comenzado a votar anticipadamente.
Desde Wilmington, Carolina del Norte, donde se encontraba en un mitin, Trump afirmó que es "demasiado tarde" para otro debate. A pesar de la invitación de la CNN para un nuevo cara a cara el próximo 23 de octubre, el exmandatario se mostró reacio a aceptar.
Kamala Harris, por su parte, no ha dudado en aceptar la invitación. A través de un breve pero contundente mensaje en sus redes sociales, expresó su disposición: “Aceptaré con mucho gusto un segundo debate presidencial el 23 de octubre. Espero que Donald Trump se una a mí”. Esta declaración reafirma la intención de los demócratas de crear un espacio para la confrontación política.
La tensión entre ambos candidatos ha ido en aumento. Tras el primer debate presidencial del 12 de septiembre, Trump había descartado la posibilidad de un nuevo encuentro. En su red social Truth Social, declaró: "No habrá un tercer debate". Esta afirmación se refiere al primer cara a cara que mantuvo con Joe Biden antes de que el actual mandatario decidiera no presentarse a la reelección, lo que abrió el camino para la candidatura de Harris.
Desde el equipo de campaña de Harris, se ha subrayado la importancia de los debates en el proceso electoral. "La vicepresidenta está lista para otra oportunidad de compartir escenario con Donald Trump", afirmaron. Añadieron que "el pueblo estadounidense merece otra oportunidad de ver debatir a los dos candidatos a las elecciones presidenciales, previstas para el próximo 5 de noviembre".
La jefa de campaña de Harris, Jen O’Malley Dillon, destacó que "sería un hecho sin precedentes en la Historia moderna que solo hubiera un debate en las elecciones". Para ella, los debates son esenciales, ya que permiten a los votantes observar a los candidatos cara a cara y comparar sus visiones para el futuro de Estados Unidos.
Con el inicio de la votación anticipada, la presión aumenta sobre Trump y Harris. Cada candidato busca consolidar su base de apoyo y atraer a votantes indecisos. La negativa de Trump a participar en un segundo debate podría ser vista como una estrategia para evitar confrontaciones directas, mientras que Harris intenta capitalizar esta oportunidad para resaltar sus propuestas y posicionarse ante el electorado.
El próximo mes será decisivo, no solo por la fecha del debate que Trump ha rechazado, sino también por el impacto que la campaña y la comunicación directa con los votantes tendrán en las urnas. Mientras tanto, la historia política de Estados Unidos observa atentamente cómo se desarrollan estos eventos en un clima electoral cada vez más tenso.
Con la fecha de las elecciones programada para el 5 de noviembre, el tiempo se agota. Los estadounidenses están ansiosos por escuchar las voces de sus futuros líderes, y los debates son una plataforma vital en este proceso democrático. Sin embargo, la decisión de Trump de eludir un segundo encuentro puede cambiar la dinámica de esta contienda presidencial.