Nuevas investigaciones revelan que el manto de la Tierra es un depósito uniforme con un ancestro común en lava
Las erupciones volcánicas de puntos calientes en lugares como Hawái, Samoa e Islandia están más conectadas de lo que imaginamos. Esto sugiere que la lava de estos volcanes proviene de un depósito uniforme en el manto terrestre, desafiando la creencia de que el manto es un rompecabezas químico de diversas edades y orígenes.
Así lo indica el Dr. Matthijs Smit, profesor asociado en la Universidad de Columbia Británica en un estudio revolucionario publicado en Nature Geoscience, que recoge Europa Press afirma: "Este descubrimiento cambia radicalmente nuestra perspectiva sobre las lavas y el manto. Al igual que la humanidad, las lavas tienen un ancestro común, desarrollándose de manera diversa a medida que emergen".
Sostiene el Dr. Smit, que este hallazgo no solo transforma la comprensión geocientífica, sino que también abre un abismo de nuevas preguntas sobre cómo se forma y evoluciona nuestro planeta.
La ciencia del manto: un rompecabezas geológico
Investigar el manto es un desafío; no se pueden tomar muestras directamente. Los científicos analizan isótopos y elementos traza de la lava proveniente del manto que irrumpe en volcanes. La variabilidad de las composiciones químicas había llevado a la noción de que existían diferentes depósitos isotópicos en el manto, pero los estudios recientes del Dr. Smit y su coautor, el Dr. Kooijman, revelan que, en realidad, todas las lavas de puntos calientes comparten la misma composición inicial.
El magma se transforma en lava solo porque interactúa con diferentes tipos de rocas a medida que asciende a la superficie. Este proceso de cambio de "sabores" químico es un claro indicador de que la diversidad de las lavas no proviene de un origen distinto, sino de su viaje a través de la corteza terrestre.
Redefiniendo la tectónica y los ciclos de elementos
El manto, que constituye aproximadamente el 84% del volumen del planeta, está compuesto de material fundido y semifundido. Comprender su composición es esencial para desentrañar cómo se formó la Tierra y cómo evoluciona el manto. Este nuevo enfoque no solo redefine el comportamiento del manto y su papel en la tectónica de placas, sino que también proporciona pistas sobre los ciclos globales de elementos.
Además, el análisis revela un vínculo intrigante entre las lavas basálticas continentales y las de puntos calientes oceánicos, sugiriendo que, aunque químicamente diferentes, comparten un "ancestro" de magma común. Esta conexión ofrece una nueva perspectiva sobre la evolución química de la Tierra.
Un cambio radical en la geoquímica global
El Dr. Smit afirma que esta investigación es un "punto de inflexión" en el entendimiento de la geoquímica del planeta, eliminando la necesidad de explicar el manto a través de depósitos primordiales que nunca encajaron completamente con la convección del manto. Esta visión simplificada permite formular nuevas hipótesis sobre los procesos geoquímicos globales.
Vemos entonces que el futuro de la investigación geocientífica se ve iluminado por estas revelaciones, que no solo enriquecen nuestra comprensión del manto, sino que también prometen abrir nuevas avenidas de exploración y descubrimiento en la ciencia de la Tierra.
El manto, un ancestro común de la lava, revela su complejidad y homogeneidad, transformando para siempre nuestro entendimiento del planeta.