La Niña amenaza con inundaciones devastadoras y piden medidas urgentes para evitar crisis alimentaria y económica.
Santo Domingo.-La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha encendido las alarmas ante el inminente impacto del fenómeno climático La Niña en América Latina y el Caribe. Las previsiones son preocupantes: lluvias torrenciales, desbordamientos de ríos e inundaciones afectarán gravemente a países ya vulnerables, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y el sustento de millones de personas.
Según la FAO, el incremento de las precipitaciones será superior a lo normal entre septiembre y diciembre, y podría persistir hasta marzo de 2025. Regiones de América del Sur como Colombia y Venezuela, así como gran parte de América Central y el Caribe, se verán especialmente afectadas. En total, se estima que 885,000 personas en la región necesitarán asistencia urgente.
¿Qué es La Niña y por qué es tan peligrosa?
La Niña es un fenómeno climático que ocurre cada dos a siete años, caracterizado por el enfriamiento de las aguas del Pacífico central y oriental. Este enfriamiento altera los patrones climáticos globales, provocando condiciones extremas como lluvias intensas e inundaciones en algunas regiones, mientras que otras experimentan sequías severas.
Con la actual crisis climática, sus efectos se ven amplificados, y su incidencia en la agricultura y la economía puede ser devastadora.
Impacto esperado por regiones: América Central y Caribe
El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua: La Niña podría agravar la situación de inseguridad alimentaria en estos países, que ya enfrentan crisis debido a la sequía inducida por El Niño en 2023. Se prevén inundaciones, enfermedades y mortalidad de animales, así como daños a barcos y equipos de pesca, afectando la subsistencia de miles de familias.
Cuba, Haití y República Dominicana: Riesgo elevado de ciclones e inundaciones que podrían destruir cosechas, instalaciones pesqueras y ganado. En Haití, donde casi cinco millones de personas ya enfrentan inseguridad alimentaria aguda, el impacto sería devastador.
Según la FAO, el incremento de las precipitaciones será superior a lo normal entre septiembre y diciembre, y podría persistir hasta marzo de 2025. Regiones de América del Sur como Colombia y Venezuela, así como gran parte de América Central y el Caribe, se verán especialmente afectadas.
Colombia y Venezuela: En Colombia, La Niña anterior (2021-2023) dejó un saldo de más de 2 millones de hectáreas de cultivos dañados y 6 millones de cabezas de ganado afectadas, con pérdidas estimadas en 2,150 millones de dólares. Se esperan condiciones similares, con riesgos de anegamientos y plagas en cultivos como el maíz, frijoles y banano.
Venezuela también sufrirá las consecuencias de las fuertes lluvias, que podrían anegar suelos y aumentar la incidencia de plagas, afectando significativamente la producción agrícola en un país ya golpeado por la crisis económica.
Ecuador: Las zonas costeras del centro y sur del país podrían enfrentar condiciones de sequía severa que impactarían la producción de maíz, cacao, arroz y banano. Además, la escasez de agua podría afectar las actividades pecuarias y pesqueras, reduciendo las reservas alimentarias de las familias vulnerables.
Respuesta de la FAO y necesidades urgentes
Para hacer frente a esta emergencia, la FAO ha diseñado un plan de acción en coordinación con sus socios y gobiernos locales. Las medidas incluyen:
Difusión de alertas tempranas y boletines agrometeorológicos para preparar a las comunidades y reducir el impacto de las inundaciones.
Distribución de insumos agrícolas y alimentos: semillas, herramientas, contenedores para almacenamiento seguro de alimentos y kits de producción agrícola.
Cuba, Haití y República Dominicana: Riesgo elevado de ciclones e inundaciones que podrían destruir cosechas, instalaciones pesqueras y ganado. En Haití, donde casi cinco millones de personas ya enfrentan inseguridad alimentaria aguda, el impacto sería devastador.
Evacuación y apoyo al ganado: traslado de animales a zonas seguras, suministro de forraje y vacunas para reducir la mortalidad.
Fortalecimiento de infraestructuras: reparación de estaciones meteorológicas y de nivel de los ríos, mejora de sistemas de drenaje y protección para animales domésticos.
Acciones específicas en Bolivia y Ecuador: distribución de contenedores para agua, congeladores para productos pesqueros y semillas, así como alimentos complementarios para el ganado.
Urgencia de la ayuda financiera: Un llamado a la acción internacional
La FAO estima que se necesitan 42.6 millones de dólares para asistir a las personas afectadas en América Latina y el Caribe. Sin esta ayuda, las comunidades más vulnerables enfrentarán una crisis humanitaria de proporciones catastróficas.
El tiempo apremia. La comunidad internacional debe movilizarse para brindar el apoyo necesario antes de que las lluvias de La Niña transformen la región en un escenario de devastación y hambre.
En ese sentido, la FAO hace un llamado a los gobiernos, donantes y organizaciones para que contribuyan con recursos y esfuerzos coordinados, con el fin de mitigar el impacto de este fenómeno climático y proteger la vida y el sustento de millones de personas en América Latina y el Caribe. Con datos de la agencia IPS