La devastación de la Tierra: olas de calor, sequías y caos meteorológico provocados por el ser humano
Santo Domingo.-La actividad humana está destruyendo el delicado equilibrio climático del planeta. Científicos del Instituto de Ciencias Weizmann han confirmado lo que muchos temían: las emisiones de gases de efecto invernadero y aerosoles provocadas por el ser humano están debilitando los sistemas de circulación del aire que regulan el clima global, desatando veranos infernales como el de 2024, el más caluroso jamás registrado.
Este verano abrasador no fue una sorpresa. La creciente frecuencia de olas de calor extremas y sequías en el hemisferio norte ha puesto a América del Norte y Europa en la cuerda floja, con incendios forestales descontrolados, cosechas devastadas y un aumento de los problemas de salud pública.
Detrás de esta catástrofe, los sistemas de circulación del aire, que tradicionalmente distribuían el calor y la humedad por el mundo, se están colapsando, despojando a la atmósfera de su capacidad para mantener un clima habitable.
Dos estudios dirigidos por el Dr. Rei Chemke, que recoge Europa Press, revelan que la acción humana ha revertido siglos de regulación climática natural.
Indican que las trayectorias de las tormentas, fundamentales para equilibrar las temperaturas, se han debilitado debido al aumento de las emisiones de CO2.
Refieren que eso reduce la diferencia de temperatura entre las latitudes, apagando la maquinaria que mueve las tormentas y dejando al continente expuesto a eventos de calor cada vez más extremos.
La circulación de Hadley, un proceso que distribuye el aire caliente desde el ecuador hacia los polos, también está en declive, aseguran.
En el pasado, los factores naturales como las erupciones volcánicas fortalecían dicho sistema, pero hoy, las emisiones humanas lo están debilitando a niveles sin precedentes.
“En el milenio anterior, el clima de enfriamiento fortalecía la circulación. Hoy, el calentamiento descontrolado está apagando el motor climático de la Tierra”, advierte Chemke.