El conflicto amenaza con una expansión mientras crece la tensión en la región
BEIRUT, Líbano.- El gobierno libanés ha informado este lunes que los bombardeos israelíes han causado 50 muertos y más de 300 heridos en el sur y el este del país. Esta última escalada de violencia se produce en un contexto de crecientes tensiones, y ante el temor de que el conflicto se extienda a toda la región.
El Centro de Operaciones de Emergencia del Ministerio de Sanidad de Líbano ha confirmado que "los continuos bombardeos del enemigo israelí han causado la muerte de 50 personas y heridas a más de 300″, según el primer balance oficial divulgado por la agencia estatal NNA. Entre las víctimas se encuentran niños y trabajadores sanitarios, lo que ha agravado la situación humanitaria en el país.
Ataques a hospitales y suspensión de cirugías
En respuesta a la crisis, el Ministerio de Sanidad libanés ha ordenado a los hospitales situados en el sur y el este de Líbano suspender todas las intervenciones quirúrgicas no urgentes para priorizar la atención a los heridos de los ataques israelíes. Los bombardeos se han centrado en más de 300 presuntos objetivos del grupo Hezbolá, según las declaraciones del Ejército israelí.
El aumento de la violencia entre Israel y Hezbolá ha generado un profundo malestar en la comunidad internacional, con expertos advirtiendo sobre la posibilidad de que el conflicto desencadene una guerra a gran escala en Oriente Próximo. Esta tensión ha ido en aumento desde que una serie de explosiones coordinadas, atribuidas a Hezbolá, causaran la muerte de 40 personas y heridas a más de 3,000 en días recientes.
Hezbolá y Hamás condenan los bombardeos
El grupo palestino Hamás, que mantiene una relación cercana con Hezbolá, ha denunciado los bombardeos israelíes sobre Líbano como un "crimen de guerra". Según el portavoz de Hamás, la "bárbara agresión" de Israel revela la "naturaleza nazi del enemigo". Estas declaraciones refuerzan el vínculo entre las facciones armadas que luchan contra Israel y han despertado preocupaciones sobre una posible coordinación de acciones en la región.
Además, Hamás ha exigido al Tribunal Penal Internacional (TPI) que inicie procedimientos legales contra los líderes israelíes, acusándolos de crímenes de guerra. La facción palestina ha reiterado su apoyo a Hezbolá y al pueblo libanés, subrayando su derecho a defenderse de lo que consideran una brutal agresión.
Israel justifica su ofensiva
Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han defendido sus acciones, afirmando que los bombardeos de este lunes han destruido más de 300 objetivos de Hezbolá en el sur de Líbano. El portavoz militar Daniel Hagari ha señalado que estos ataques son una respuesta a las amenazas directas contra Israel, y ha advertido que se llevarán a cabo nuevos bombardeos en el valle de la Becá en los próximos días.
La situación es especialmente tensa en esta zona, que ha sido un bastión histórico de Hezbolá y un punto estratégico en la contienda. El Ejército israelí ha dejado claro que seguirá con su campaña hasta neutralizar las amenazas provenientes del grupo chií, apoyado por Irán.
Un conflicto en escalada
El recrudecimiento de las hostilidades ha provocado una alarma internacional. Desde la ofensiva de Hezbolá con explosivos hasta los ataques aéreos de Israel sobre Beirut y el sur del país, el conflicto parece estar en una espiral de violencia que podría desembocar en una guerra abierta.
El pasado viernes, los bombardeos israelíes causaron la muerte de más de 50 personas en la capital libanesa, entre ellos Ibrahim Akil, un destacado líder de Hezbolá. Este evento ha exacerbado las tensiones y ha desencadenado una serie de declaraciones beligerantes de parte de ambos bandos.
Los recientes ataques entre Israel y Líbano se enmarcan en el contexto más amplio del conflicto en Gaza, donde la cifra de muertos supera los 41,400, a raíz de la campaña militar israelí tras los ataques del 7 de octubre por parte de Hamás. La guerra en Gaza ha tenido un impacto devastador en la región, con una escalada que ahora amenaza con extenderse a otros países vecinos, como Líbano.
Preocupación por la expansión del conflicto
A medida que las tensiones siguen aumentando, tanto Israel como Hezbolá se preparan para lo que podría ser una intensificación de la guerra. En este sentido, el Ejército de Israel ya ha presentado a Estados Unidos sus "planes operativos" en caso de que el conflicto con Líbano siga escalando, según fuentes militares.
El temor de la comunidad internacional se centra en que una guerra entre Israel y Hezbolá podría involucrar a otros actores en la región, especialmente a Irán, que apoya financieramente y militarmente al grupo chií libanés. La situación en Oriente Próximo se vuelve cada vez más incierta, con el riesgo de una crisis humanitaria y una mayor pérdida de vidas en el horizonte.
En este escenario de creciente tensión, las principales potencias mundiales hacen un llamado al cese de las hostilidades, conscientes de que la situación podría desestabilizar aún más la región y afectar gravemente la seguridad global.