El exlíder español evita pronunciarse para no romper la confianza ganada
José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del gobierno español, ha vuelto a escena con declaraciones que generan controversia, optando por no opinar sobre la crisis política en Venezuela ni sobre los resultados de las elecciones que supuestamente dieron como vencedor al opositor Edmundo González Urrutia, ahora exiliado en España.
Alegando preservar la "confianza" de los involucrados, Zapatero evita cualquier comentario que pueda comprometer su rol como mediador en la compleja situación venezolana.
Aunque reconoce estar profundamente enterado de lo ocurrido en Venezuela, su mensaje es claro: la discreción es esencial para seguir facilitando un posible acuerdo. Según Zapatero, en su papel de mediador, es vital "mantener la confianza de todas las partes", lo que justifica su reticencia a valorar públicamente tanto los resultados electorales como el papel del gobierno español en el reconocimiento de González Urrutia como presidente electo.
Aseguró que su silencio no es una falta de conocimiento, sino una estrategia necesaria para seguir desempeñando un papel en las futuras negociaciones que podrían traer esperanza al pueblo venezolano.
El expresidente español evitó también pronunciarse sobre las declaraciones del propio González Urrutia, quien afirmó haber sido coaccionado y amenazado para abandonar Venezuela. En lugar de confrontar estos alegatos, Zapatero optó por una respuesta más diplomática, señalando que ha escuchado “muchas versiones” y que su rol no es emitir juicios, sino escuchar y respetar.
Frente a las preguntas sobre si facilitó la salida de González Urrutia de Venezuela o la presencia de la vicepresidenta Delcy Rodríguez en la residencia del embajador español, Zapatero asegura no haber estado directamente involucrado en el "proceso", pero sí en la solución que permitió que el opositor llegara a España.
Aseguró que su silencio no es una falta de conocimiento, sino una estrategia necesaria para seguir desempeñando un papel en las futuras negociaciones que podrían traer esperanza al pueblo venezolano.
Según él, la verdad completa podría conocerse en “diez o quince años”, aludiendo a su experiencia en otros conflictos internacionales en los que los mediadores nunca revelan todos los detalles en tiempo real.
Sobre la falta de transparencia del régimen de Nicolás Maduro en la publicación de las actas electorales, que según la oposición demuestran la victoria de González Urrutia, Zapatero no quiso opinar, reafirmando que su prioridad sigue siendo mantener una posición neutral para no comprometer futuras posibilidades de mediación.
Cuando fue cuestionado acerca de las críticas que lo acusan de ser aliado de Maduro, el exmandatario español respondió con calma: “Las acepto como demócrata”, pero defendió su trayectoria en busca de una solución pacífica y negociada para Venezuela.
Añadió que el diálogo, el consenso y la política basada en valores son las únicas vías reales para resolver el conflicto venezolano, y que su método de ayuda ha sido siempre el de la moderación y el respeto.
Zapatero insistió en que Venezuela debe encontrar su camino hacia el diálogo, por difícil que sea en este momento, y señaló que la calma y la serenidad son cruciales en situaciones como estas.
“Debemos esperar”, afirmó, sugiriendo que la solución no será inmediata, pero que no hay que renunciar a la búsqueda de consensos y a una salida política.
Finalmente, cuando se le preguntó sobre si el Gobierno de Pedro Sánchez debe reconocer a Edmundo González como presidente legítimo de Venezuela, tal como lo ha hecho el Congreso español, Zapatero evitó tomar partido, destacando que el Ejecutivo “toma libremente las decisiones” y que dichas decisiones deben respetarse. Al mismo tiempo, elogió el papel de España como el país que más ha ayudado a los venezolanos en los últimos años.
Zapatero fue duramente criticado por grupos de venezolanos a su llegada al Ateneo de Madrid, siendo tildado de "traidor" y "cómplice de la dictadura de Maduro". Sin embargo, el exlíder socialista sostiene que su compromiso con Venezuela sigue siendo encontrar una solución pacífica, pese a las dificultades que enfrenta el país y las acusaciones que se le lanzan. Con datos de Europa Press.