Un pulso de rayos X generado por una explosión nuclear podría vaporizar la superficie de un asteroide y cambiar su trayectoria
Un estudio revolucionario publicado en Nature ha demostrado que un pulso de rayos X generado por una explosión nuclear podría vaporizar la superficie de un asteroide y cambiar su trayectoria. Este avance científico presenta una alternativa radical para proteger a la Tierra de posibles impactos devastadores.
En 2022, la NASA probó la viabilidad del impacto cinético con la sonda DART, que chocó intencionalmente contra la luna de un asteroide, Dimorphos, demostrando que era posible desviar un asteroide si se actuaba con años de anticipación. Sin embargo, un equipo de los Laboratorios Nacionales Sandia, en Estados Unidos, ha ido un paso más allá al investigar cómo una explosión nuclear podría desviar un asteroide de manera casi instantánea.
El equipo liderado por Nathan Moore descubrió que un pulso masivo de radiación, al vaporizar la cara de un asteroide, genera una bola de gas en rápida expansión, capaz de impulsar al objeto en la dirección opuesta. Este impulso podría ser suficiente para cambiar la trayectoria de un asteroide y evitar un impacto mortal.
Un pulso masivo de radiación, al vaporizar la cara de un asteroide, genera una bola de gas en rápida expansión, capaz de impulsar al objeto en la dirección opuesta
Durante su prueba de concepto, los investigadores usaron rayos X dirigidos a modelos de asteroides en el vacío. El material vaporizado generó velocidades de entre 69,5 y 70,3 metros por segundo, resultados que sugieren que el método podría funcionar en situaciones de emergencia.
A pesar de que los impactos de asteroides son raros, sus consecuencias pueden ser catastróficas. Hace 66 millones de años, un asteroide de 10 kilómetros acabó con los dinosaurios, y en 2013, un meteorito de solo 15 metros hirió a más de 1,200 personas en Cheliábinsk, Rusia.
Este estudio plantea una opción dramática para defender a la humanidad: no esperar años, sino actuar en cuestión de segundos para desviar asteroides que representen una amenaza inminente.
Ahora la pregunta es ¿Será la explosión nuclear el escudo definitivo contra el próximo gran impacto?