El presidente de EEUU valora la “justicia” del hecho, mientras que Netanyahu afirma que “ajusta las cuentas”
MADRID, 28 de septiembre – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, celebraron la muerte del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, fallecido en un bombardeo israelí en Beirut. Ambos mandatarios destacaron la relevancia de este hecho, señalando la justicia de la acción y su impacto en la lucha contra el terrorismo en Oriente Próximo.
Biden, en un comunicado emitido desde la Casa Blanca, resaltó que la muerte de Nasralá supone un acto de justicia para las víctimas de los ataques orquestados por el líder chií. “Hasán Nasralá y el grupo terrorista que lideraba, Hezbolá, son responsables de la muerte de cientos de estadounidenses en cuatro años de terror”, afirmó Biden. El mandatario destacó que esta acción pone fin a una larga trayectoria de violencia y caos en la región, subrayando que el bombardeo israelí es una medida de justicia para las víctimas, tanto estadounidenses, como israelíes y libanesas.
Biden también contextualizó la muerte de Nasralá dentro del marco del conflicto abierto tras el ataque de las milicias palestinas de Gaza, el 7 de octubre de 2023. “Nasralá tomó la decisión fatal de unirse a Hamás y abrir el frente norte contra Israel”, explicó Biden. Estados Unidos, añadió, apoya firmemente el derecho de Israel a defenderse de Hezbolá y otros grupos terroristas apoyados por Irán.
Además, Biden señaló que había ordenado al secretario de Defensa, Lloyd Austin, reforzar la posición defensiva de las tropas estadounidenses en Oriente Próximo para disuadir cualquier agresión y reducir el riesgo de una guerra regional más amplia. El mandatario estadounidense subrayó que la diplomacia sigue siendo el objetivo principal para desescalar los conflictos abiertos en Gaza y Líbano. “Estamos trabajando para lograr un alto el fuego en Gaza, respaldado por el Consejo de Seguridad de la ONU, y para la liberación de los rehenes”, indicó.
Netanyahu: “Ajustamos las cuentas”
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también celebró la muerte de Nasralá, calificándolo como un “punto de inflexión histórico” en la lucha de Israel contra el terrorismo. “Nasralá no era solo otro terrorista, era el terrorista”, aseguró Netanyahu en una comparecencia pregrabada. El líder israelí enfatizó que la eliminación de Nasralá ajusta las cuentas con un “asesino en masa” y representa un golpe significativo para el eje del mal liderado por Irán.
Netanyahu recordó que hace un año, el 7 de octubre, los enemigos de Israel atacaron creyendo que el país estaba en decadencia. Sin embargo, un año después, con golpes y logros continuos, estos enemigos entienden que sus esperanzas eran vanas. “Nasralá y sus lugartenientes eran los arquitectos del plan para destruir a Israel”, sostuvo Netanyahu, quien también mencionó que Nasralá era clave para reactivar a Irán en muchas ocasiones.
El primer ministro israelí señaló que la muerte de Nasralá era esencial para cambiar el equilibrio de poder en la región y garantizar el regreso de los ciudadanos israelíes a la zona fronteriza con Líbano. Además, insinuó que la muerte del líder de Hezbolá podría acelerar la liberación de los rehenes en Gaza, dado que, según él, el líder de Hamás, Yahya Sinwar, vería menos probabilidades de recibir ayuda de Hezbolá.
Perspectivas futuras
Con la muerte de Nasralá, tanto Biden como Netanyahu han destacado la oportunidad de avanzar en la estabilización de Oriente Próximo, aunque reconocen que todavía queda un largo camino por recorrer. Biden instó a continuar los esfuerzos diplomáticos para evitar una mayor escalada, mientras que Netanyahu subrayó la importancia de mantenerse vigilantes frente a las amenazas que persisten en la región.
Esta acción ha sido un duro golpe para Hezbolá y sus aliados en Irán, y podría reconfigurar el panorama de seguridad en el Líbano y las áreas fronterizas con Israel. Sin embargo, aún persisten dudas sobre cómo reaccionarán los grupos militantes en respuesta a esta pérdida significativa. La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos en la región, buscando vías para reducir la violencia y restaurar la estabilidad en uno de los puntos más conflictivos del mundo.