Los países condenan el ataque israelí y advierten de represalias
Las autoridades de Irán, Siria, Irak y Yemen han declarado varias jornadas de luto en respuesta a la muerte del secretario general del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, quien falleció en un bombardeo israelí en Beirut. En el caso de Irán, se han decretado cinco días de luto, mientras que en los otros tres países serán tres días de duelo. Este acto ha provocado una condena unánime entre los gobiernos de la región, quienes han calificado el hecho como un ataque brutal y un acto de terrorismo.
En Irán, el líder supremo, Alí Jamenei, fue uno de los primeros en reaccionar, calificando el ataque como un “bárbaro asesinato” y ordenando cinco días de luto nacional. Jamenei aseguró que el bombardeo es una clara muestra de la "naturaleza terrorista del régimen sionista". Según los medios iraníes, el dirigente condenó el ataque como un crimen que refuerza la resistencia de los pueblos oprimidos contra Israel.
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El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, fue más allá al señalar a Estados Unidos como “cómplice” de los crímenes del régimen israelí. “La orden del ataque provino de Nueva York, y el mundo no lo olvidará”, señaló el mandatario iraní. Pezeshkian expresó que la figura de Nasralá quedará inmortalizada en el frente del islam y que su muerte solo fortalecerá la resistencia contra la ocupación.
Reacciones en Irak y Siria
El primer ministro de Irak, Mohamed Shia al Sudani, también expresó su condena, calificando la muerte de Nasralá como un "ataque vergonzoso". En declaraciones a la agencia Iraqi News, Al Sudani destacó que el líder de Hezbolá se ha convertido en un mártir, subrayando que el bombardeo israelí es una prueba de que la "entidad sionista" ha cruzado todas las líneas rojas. Ante esta situación, Irak ha declarado tres días de luto y ha reforzado las medidas de seguridad en la Zona Verde de Bagdad, donde se encuentran las principales sedes del gobierno iraquí y la Embajada de Estados Unidos.
En Siria, el gobierno emitió un comunicado a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, en el que se condena la "cobarde y brutal agresión israelí" contra Nasralá. “Este ataque demuestra la ausencia de valores morales y el desprecio por las leyes internacionales por parte de Israel”, señaló el comunicado oficial. El gobierno sirio recordó que Nasralá era un modelo de lucha contra la agresión y un símbolo de la resistencia ante la ocupación.
Yemen y los ataques en el Mar Rojo
Por su parte, el presidente del Consejo Político Supremo de Yemen, Mahdi al Mashat, también anunció tres días de luto por la muerte de Nasralá. Al Mashat destacó que el líder de Hezbolá ha sido un referente para las fuerzas que luchan por la liberación de los territorios ocupados y por la soberanía de sus países.
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Desde el inicio de la ofensiva israelí contra Gaza, los hutíes, grupo chií respaldado por Irán en Yemen, han llevado a cabo decenas de ataques en el mar Rojo, en represalia por las acciones israelíes. Estos ataques, que han incrementado la tensión en la región, son parte de la respuesta a las operaciones militares de Israel tras los ataques perpetrados por Hamás y otras facciones palestinas el 7 de octubre, que resultaron en más de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados.
Protestas y seguridad reforzada en Irak
Tras la muerte de Nasralá, cientos de simpatizantes de las facciones chiíes en Irak se han concentrado en la entrada de la Zona Verde de Bagdad, exigiendo justicia y mostrando su apoyo al líder fallecido. Las autoridades iraquíes han respondido cerrando la puerta Al Alaui 9, una de las principales entradas a esta zona fortificada. Solo se permite el acceso a personas con credenciales oficiales, según un comunicado de las fuerzas de seguridad iraquíes.
La situación ha llevado a las embajadas de Estados Unidos en Irak y Siria a elevar su nivel de alerta, según informaron fuentes cercanas a la seguridad regional. Las autoridades temen posibles ataques a instalaciones diplomáticas estadounidenses en medio de la creciente tensión en la región.
El asesinato de Nasralá ha desatado una ola de protestas y condenas en varios países del Medio Oriente, elevando el riesgo de nuevos enfrentamientos en un contexto ya marcado por la violencia y la inestabilidad política. Mientras tanto, las jornadas de luto en Irán, Siria, Irak y Yemen reflejan el profundo impacto que la muerte del líder de Hezbolá ha tenido en el mundo chií y la resistencia contra la influencia de Israel en la región.