Tenemos corrupción en el país en todas las instituciones.
Si dedicáramos unos minutos, solo unos pocos, para ver cómo, cuándo y dónde trabaja la corrupción en torno a los humanos, nos daríamos cuenta de su amplio e increíble desarrollo en nuestro país y muchos otros.
Y sin responder al qué, quién y por qué terminaríamos sabiendo que la corrupción es un mal terrible que afecta la democracia, cual que sea.
Tenemos corrupción en el país en todas las instituciones, direcciones, cabildos, partidos, sindicatos, agrupaciones, federaciones y clubes.
Y, además, en casi todos los grupos profesionales y no profesionales, lo que incluye a miles y miles de egresados universitarios, secundarios o técnicos.
TODOS en búsqueda del dinero que usarán en juegos, parrandas, mujeres, drogas y otras adicciones.
La corrupción nos empequeñece como humanos, y doblega y disminuye todo lo que sirve para el desarrollo de nuestro país.
Tenemos corrupción, por ejemplo, en las áreas de migración, pasaportes, actas de nacimiento, horarios que cumplir, agentes policiales y militares fronterizos, universidades, funcionarios y empleados públicos.
Y en un sinnúmero de entidades vigentes que están para hacer el bien y lo correcto, no lo contrario.
Aquí el que tenga un problema, cualquiera que sea, lo soluciona de inmediato si utiliza la corrupción. En el tema que sea y cuando sea.
Aquí hasta lo que se decomisa es alterado, robado, distribuido y vendido, para que supuestos padres de familia puedan mejorar sus entradas mensuales.
Profesionales que expiden recetas, sugieren a especialistas en el derecho, o usan materiales inadecuados en construcciones, los hay por montones.
La corrupción está de lleno en áreas de salud, educación, construcción, justicia y servicios públicos, es lo que quiero significar. ¡Y parece que nadie podrá disminuirla!
Aquí sabemos cuáles comerciantes, empresarios, industriales, médicos, abogados, ingenieros, periodistas y aduaneros son corruptos. ¡Pero son intocables!
Ante este panorama es difícil que podamos mejorar la migración ilegal que ya nos acogota; las finanzas del país, la educación y la salud, la agropecuaria y el deporte.
Como optimista no voy a decir que nos jodimos, pero dejo que otros lo piensen y lo griten a los cuatro vientos.
27 de septiembre de 2024.