La manufactura se desploma mientras los empleos sin cubrir se disparan
Este martes, dos indicadores clave revelaron un panorama mixto para la economía de Estados Unidos: la actividad manufacturera cayó a su nivel más bajo en más de un año, mientras el número de vacantes laborales mostró un repunte inesperado en agosto.
El índice de gerentes de compras (PMI) de S&P Global, que mide la actividad en el sector industrial, se ubicó en 47,3 puntos en septiembre, frente a los 47,9 de agosto, consolidando tres meses consecutivos de caídas. Este valor está por debajo del umbral de 50 puntos, lo que indica contracción en la industria.
Es el peor registro desde junio de 2023, reflejando una combinación de factores negativos: caída de la producción, reducción de nuevos pedidos y la mayor disminución de empleos en el sector desde 2010, si se excluyen los años de la pandemia.
La incertidumbre política y la débil demanda interna e internacional han sido los principales causantes del deterioro en la industria. Según S&P Global, la producción manufacturera cayó a su ritmo más acelerado en 15 meses, mientras que las empresas redujeron su capacidad operativa y compras de insumos debido a la caída en los nuevos pedidos.
Sin embargo, el economista jefe de S&P Global, Chris Williamson, destacó que las empresas ven esta caída en la demanda como temporal, anticipando una mejora tras las elecciones presidenciales de noviembre.
Observa que a pesar de la desaceleración industrial, la confianza empresarial ha mejorado, impulsada por la expectativa de que la economía se recupere y los tipos de interés bajen en un entorno político más estable.
En términos de costos, el encarecimiento de los insumos mostró una ligera moderación en septiembre, aunque las empresas continuaron subiendo los precios de sus productos al ritmo más rápido desde abril, intentando proteger sus márgenes en medio de la debilidad de la demanda.
Aumento de vacantes laborales
Por otro lado, el mercado laboral mostró señales de resiliencia. En agosto, el número de empleos vacantes subió a 8,040 millones, alejándose del mínimo de 7,711 millones registrado en julio. Este aumento representa una ganancia de 329,000 vacantes adicionales en comparación con el mes anterior, según datos del Departamento de Trabajo. Sin embargo, en términos interanuales, la cifra de vacantes ha caído en 1,318 millones.
El incremento de las vacantes laborales se concentró en sectores como la construcción (+138,000) y en las administraciones estatales y locales, aunque excluyendo el sector educativo (+78,000). En contraste, otros sectores como los servicios diversos experimentaron una reducción de 93,000 vacantes.
A pesar del aumento de vacantes, las contrataciones disminuyeron en agosto. El número de nuevos empleados cayó en 99,000, quedando en 5,317 millones. Además, las contrataciones fueron 571,000 menos que hace un año, lo que refleja un enfriamiento en la capacidad de las empresas para cubrir sus vacantes.
Impacto económico
Esta combinación de una industria en contracción y un mercado laboral con altos niveles de vacantes sin cubrir plantea interrogantes sobre el futuro económico de EE.UU. La industria, afectada por la incertidumbre política y la debilidad de la demanda, podría estar enfrentando desafíos a corto y mediano plazo si no se estabilizan los factores que impulsan su declive.
Al mismo tiempo, el mercado laboral muestra un desajuste, con un alto número de empleos sin cubrir, lo que indica una falta de personal calificado o una reticencia de las empresas a contratar en medio de la incertidumbre económica.
De cara al futuro, las elecciones presidenciales y las posibles reducciones en las tasas de interés podrían proporcionar el impulso necesario para revitalizar tanto la industria como el mercado laboral.
Sin embargo, el impacto de los eventos geopolíticos y el aumento de los costos energéticos podría seguir siendo una amenaza para la estabilidad económica en los próximos meses.