Estando ya en mi hogar, recuperándome de una cirugía prostática, la cual fue “asistida por un robot”, reflexioné acerca de la avanzada que está la práctica médica, en términos tecnológicos y con énfasis en la medicina privada, en el país.
Un robot que fue accionado por manos diestras e inteligentes de especialistas dominicanos, afianzó mi confianza en esta intervención realizada con tecnologías de última generación.
Años atrás eso era impensable, increíble. Pero resulta que hay algo más en ese aspecto. Podemos ver ahora como esta novedosa intervención quirúrgica se realiza en clínicas del país. Para ello se utiliza una máquina con apariencia de robot espacial con varios brazos.
Los especialistas de esta práctica quirúrgica afirman que, con la implementación de esta nueva tecnología en el área médica, se garantiza al paciente, el hecho de que es menos dolorosa y menos invasiva del cuerpo. No se le hace a éste una gran herida como ocurre en la cirugía tradicional.
En otros países tienen años de puesta en práctica este tipo de intervención quirúrgica. En muchos casos con grandes éxitos.
En el país este tipo de cirugías es realizada por especialistas extranjeros que viajan desde Puerto Rico, México y Estados Unidos, haciendo que esta práctica sea muy costosa e inaccesible a la mayoría de los dominicanos. Dos prestigiosas clínicas de la capital y de Santiago ofertan a sus pacientes este tipo de cirugía, las que, incluso, promueven en la televisión y en redes sociales.
En mi caso intervinieron dos galenos dominicanos con perfiles de excelentes profesionales de la urología y la cirugía prostática, los doctores Juan Taveras y Wilton Cabrera. Taveras es un urólogo especializado en cirugía robótica y Wilton Cabrera, cirujano con especialidad en la cirugía laparoscópica y consulta general sobre afecciones de la próstata. Ambos galenos intervinieron con la asistencia de otros excelentes profesionales, como fueron una anestesióloga, personal médico y de enfermería.
Salvo algunas trabas iniciales que hubo que saltar a un gran costo con el Seguro Médico (ARS Humano), propios de la idiosincrasia de esa poderosa compañía, nos encontramos con que la “cirugía robótica o cirugía asistida por robot”, entraña una especialidad que presagia “el predominio de la máquina” en muchos servicios médicos a nivel universal. Se percibe, asimismo, que este método comienza a abrirse paso, paulatinamente, pero con buena proyección en el sistema de salud de la República Dominicana.
Hay clínicas que se han colocado a la vanguardia en el país, con la práctica de la cirugía robótica Da Davinci, mientras otras estudian la posibilidad de ofrecer en el futuro inmediato este tipo de intervenciones.
La presencia de esta tecnología médica habla muy bien de los adelantos que registra nuestro sistema de salud. El servicio solo se ofrece en clínicas médicas privadas. En este sentido, y como derivación de estos avances, se resalta lo bien que se ha ido posicionando el “turismo de salud” en la práctica médica del país. Crece cada día el flujo de extranjeros y de dominicanos residentes en el exterior, o sea, Nueva York, Boston, Miami, Puerto Rico, Colombia, España, además de otras naciones y ciudades desde donde viajan a dominicana a realizarse distintas intervenciones médicas.
Estos visitantes acuden mayormente a chequeos especializados, exámenes prostáticos y cirugías del corazón, trasplantes renales, cirugías plásticas, asistencia odontológica, etc. Lo antes señalado ha implicado inversiones millonarias de capitales extranjeros y nativos en infraestructuras y equipos de última generación, los cuales tienen fe y apuestan a un exitoso futuro del turismo de salud.
A Sotto voce se escucha hablar de inversiones de capitales en la construcción de modernos centros clínicos en el Distrito Nacional, Santiago de los Caballeros y en la zona turística de la región Este.
Algunos de estos centros incluso promocionan sus servicios en el exterior. Atraen turistas que no solo vienen a disfrutar de las playas y el cálido sol caribeño, sino que también viajan para realizarse intervenciones médicas, a veces quirúrgicas, en estos centros, para así recuperar su salud, lo más preciado de la vida.
Pero ¿tiene la República Dominicana suficiente recursos médicos e instrumentales de última generación para responder a la creciente demanda de servicios médicos especializados? –“Creo que sí”. Es verdaderamente admirable la cantidad de jóvenes médicos que se especializan en el extranjero y con los cuales las mejores clínicas casi siempre se disputan contratarlos. Hasta hace cierto tiempo los dominicanos –los pudientes, obvio- viajaban al exterior, especialmente a Estados Unidos, en busca de asistencia médica especializada. Eso se ha reducido bastante.
Sometido a cirugía robótica
En mi recuperación, luego de la cirugía a que fui sometido y la cual, gracias a Dios y a las muchas personas que oraron por mi salud, se realizó sin mayores problemas, he reflexionado sobre cómo hemos avanzado en materia de asistencia especializada de salud en el país. Vinieron unos percances ajenos a la intervención, especies de secuelas que me causaron fuertes dolores en las piernas que me impedían caminar y una pérdida parcial de la voz.
La cirugía a que fui sometido no solo se realizó para erradicar una afección prostática (próstata crecida que obstruía el orinar si no se usa una sonda). En esta intervención se pudieron eliminar, además, células cancerígenas, esto gracias a Dios, sin necesidad de someterme a tratamientos de quimios y radioterapias.
Estoy en plena recuperación con la ayuda de los fármacos y las terapias. Todavía camino lento (siempre he sido lento al caminar) mientras supero los dolores de las piernas con la combinación de los tratamientos médicos y la asistencia de los terapeutas.
¿Qué es la cirugía robótica?
“La cirugía robótica, o cirugía asistida por robot, permite a los médicos realizar muchos tipos de procedimientos complejos con mayor precisión, flexibilidad y control en comparación con las técnicas convencionales”, afirma el portal Medline Plus, especializado en informaciones médico-científicas. Este medio describe la cirugía robótica de esta manera: “La cirugía robótica generalmente está asociada con la cirugía mínimamente invasiva, procedimientos realizados a través de pequeñas incisiones. Además, se utiliza algunas veces en determinados procedimientos quirúrgicos con abiertos tradicionales”.
Asimismo, “los cirujanos que usan el sistema robótico consideran que en varios procedimientos se registra mejor la precisión, la flexibilidad y el control durante la operación, y les permite ver mejor el lugar, en comparación con las técnicas tradicionales. Al usar la cirugía robótica, los cirujanos pueden llevar a cabo procedimientos delicados y complejos que podrían ser difíciles o imposibles de realizar con otros métodos”.
Se ha logrado incluso que la cirugía robótica se haya realizado por médicos especialistas ubicados a miles de kilómetros del lugar o centro de salud de donde está el paciente.
Pero ¿cuándo y dónde surge esta metodología quirúrgica? “La idea de utilizar la robótica para cirugía comenzó hace más de 50 años, pero su uso real comenzó a fines de la década de 1980 con Robodoc (Integrated Surgical Systems, Sacramento, CA), el sistema ortopédico guiado por imágenes desarrollado por Hap Paul, DVM, y William Bargar, MD, para su uso en el reemplazo de cadera protésica”.
Pero aparece, según nos explica Google, a partir de investigaciones realizadas en la NASA: “La cirugía robótica comenzó a desarrollarse a principios de los años noventa en Estados Unidos con el trabajo conjunto de la Nacional Aeronautics and Space Administration (NASA), la Jet Propulsión Laboratory, y emprendedores privados que conformaron una empresa llamada RAMS (Robot Asistid Micro Sugerí)”.
Tiene riesgos
Los impulsores de esta técnica destacan sus beneficios, entre los cuales incluyen, además de la invasión mínima, el que tienen menos complicaciones, como sería la infección en el lugar donde se hace la cirugía, menos dolor y pérdida de sangre; hospitalización más corta y recuperación más rápida y cicatrices más pequeñas y menos visibles.
La cirugía robótica, no obstante sus pregonadas bondades, “supone riesgos, algunos de los cuales pueden ser similares a los de la cirugía abierta convencional como serían un leve riesgo de infección y otras complicaciones”.
Los pasos que se realizan y que publica Medline Plus para la aplicación de la cirugía robótica son:
1) “A usted le aplicarán anestesia general, de manera que estará dormido y sin dolor.
2) El cirujano se sienta en una estación informática cercana y dirige los movimientos de un robot. Se fijan instrumentos quirúrgicos pequeños a los brazos del robot
3) El cirujano hace pequeñas incisiones quirúrgicas para introducir los instrumentos en el cuerpo.
4) Una sonda delgada con una cámara adherida a su extremo (endoscopio) le permite al cirujano ver imágenes tridimensionales ampliadas del cuerpo a medida que se lleva a cabo la cirugía.
5) El robot equipara los movimientos de la mano del cirujano para llevar a cabo el procedimiento usando los instrumentos diminutos”.
(“La cirugía robótica es similar a la cirugía laparoscópica. También puede llevarse a cabo a través de incisiones quirúrgicas más pequeñas que con la cirugía tradicional abierta. Los movimientos pequeños y precisos que son posibles con este tipo de cirugía brindan algunas ventajas sobre las técnicas endoscópicas normales”).
Cirugía robótica y Salud Pública
En vista de que esta nueva cirugía implica beneficios tangibles para los pacientes y que contribuye a agilizar y eficientizar las intervenciones quirúrgicas de diferentes patologías, como serían problemas cardíacos, próstata, cáncer y otras, nos inclinamos a sugerir al Ministerio de Salud Pública lo siguiente:
1) Que este Ministerio estudie la posibilidad de llevar la tecnología de la cirugía robótica a hospitales públicos ubicados en zonas estratégicas, en el Sur, el Este y el Norte. Para nadie es un secreto la incidencia de afecciones prostáticas graves, del corazón, y otras, que se registran en diferentes zonas del país, especialmente en la región Sur.
2) La utilización de la cirugía robótica contribuiría, según apreciamos, a elevar la calidad y la cantidad de soluciones quirúrgicas en sectores más afectados por la pobreza y demás necesidades.
Actualmente, la cirugía robótica resulta extremadamente costosa e inaccesible para las personas de escasos recursos. Además, existe el problema de las ARS que se resisten a financiar la totalidad de estos procedimientos, que tienen sus costos entre un millón y dos millones de pesos.
Con esos costos, ningún pobre (a menos que incurra en un gran sacrificio, que es mi caso) podrá tener acceso a los beneficios de este adelanto tecnológico que aporta la cirugía robótica. En ese sentido, urge que el Ministerio de Salud Pública se aboque a implementar un programa de formación de médicos con esta especialidad, y la instalación de esta avanzada tecnología en hospitales públicos ubicados en zonas estratégicas.
Y así, con esta iniciativa, se llevará calidad de vida a muchos menesterosos de solemnidad que requieren intervenciones quirúrgicas en los sectores empobrecidos. De lo contrario, como ocurre en muchos casos ahora, estarán a merced de la muerte.
(*El autor es periodista).
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