Un minuto de pantalla podría mejorar la concentración y el rendimiento estudiantil
Miami.-¿Y si el teléfono, ese villano de la distracción, se convirtiera en aliado en las aulas? Un nuevo estudio de la Universidad del Sur de Illinois revela que pausas ultracortas de tan solo un minuto para revisar el móvil podrían revolucionar la atención de los estudiantes.
El estudio indica que en lugar de prohibir el uso del celular, permitirles una breve interacción parece reducir la necesidad de usarlo de manera compulsiva, lo que se traduce en un mayor enfoque en las lecciones y mejores calificaciones. Los resultados se publican en 'Frontiers in Education'.
Un minuto de celular para maximizar la concentración
La investigación demostró que esos descansos tecnológicos breves, de un minuto, son efectivos para frenar el uso del teléfono en clase. De hecho, durante las pausas más cortas, los estudiantes pasaban menos tiempo con el móvil en comparación con las sesiones donde no se permitía su uso.
Concluye que este enfoque no solo combate la distracción, sino que además mejora el rendimiento académico, como lo evidencian las calificaciones más altas registradas cuando se implementaban estas breves pausas.
El truco: menos tiempo, más productividad
¿Por qué solo un minuto? Según el investigador principal, el Dr. Ryan Redner, esa pequeña ventana de tiempo es suficiente para enviar y recibir mensajes sin que los estudiantes se queden enganchados en una conversación prolongada.
Redner, explica que cuanto más corto es el descanso, menor es la tentación de seguir usando el teléfono durante la clase. Este control sobre el tiempo de uso parece hacer que los estudiantes vuelvan a concentrarse mejor en las lecciones.
Sin castigos ni prohibiciones: el refuerzo positivo como solución
El estudio plantea una visión radicalmente diferente sobre la gestión del uso del teléfono en las aulas: en lugar de sanciones o prohibiciones estrictas, se trata de aprovechar el refuerzo positivo. Los descansos breves ofrecen una solución intermedia, reduciendo el uso excesivo del móvil sin necesidad de castigar a los estudiantes.
Este enfoque podría inspirar nuevas estrategias en la educación, donde la tecnología no sea el enemigo, sino una herramienta para mejorar la productividad y el aprendizaje.
Más estudios para afinar la receta educativa
Aunque los resultados son prometedores, los investigadores advierten que aún hay incógnitas. La variabilidad en el uso del teléfono entre sesiones sugiere que no todas las aulas responden igual. Además, se requiere más investigación para entender completamente por qué estos descansos de un minuto parecen ser tan efectivos.
Sin embargo, señalan que los hallazgos iniciales abren la puerta a un cambio de paradigma en el uso de la tecnología en la educación, con el potencial de transformar la manera en que los estudiantes interactúan con sus teléfonos en el entorno académico.