Acusaciones, divisiones y un escándalo de abuso de menores sacuden al país
La política boliviana ha entrado en una fase crítica con la feroz disputa entre el expresidente Evo Morales y el actual mandatario Luis Arce. Este conflicto, que viene gestándose desde hace tiempo, ha fracturado profundamente a la izquierda boliviana, con miras a las elecciones de 2025. Acusaciones, divisiones y un escándalo de abuso de menores sacuden al país
Lo que antes era una relación política sólida entre mentor y protegido se ha transformado en una lucha encarnizada por el control del poder, marcando un antes y un después en el futuro de Bolivia.
Morales vs. Arce: El choque de titanes
Morales, quien gobernó Bolivia durante 14 años y eligió a Arce como su sucesor tras la crisis de 2019, no ha logrado digerir su abrupta salida del poder bajo acusaciones de fraude electoral. Desde su regreso al país, Morales no ha cesado en criticar abiertamente la gestión de Arce, aludiendo a una traición de su legado y una gestión económica errática.
Arce, por su parte, ha advertido que Morales y su facción intentan desestabilizar su gobierno y sacarlo del poder, exacerbando las tensiones políticas que ya dividían al Movimiento al Socialismo (MAS).
Las manifestaciones violentas, promovidas por los seguidores de ambos líderes, han sacudido las calles del país, dejando decenas de heridos. La confrontación alcanzó un punto crítico con la marcha convocada por Morales a finales de septiembre, que tenía como objetivo llegar a La Paz en señal de desafío al gobierno de Arce.
Mientras tanto, el malestar social por la crisis económica, la escasez de combustible y dólares, y la devaluación del peso boliviano, se mezcla con esta disputa, pero el trasfondo real parece ser quién controlará la izquierda en las próximas elecciones.
Guerra interna en el MAS y el escándalo de abuso
La celebración del congreso del MAS en octubre de 2023 terminó en un enfrentamiento abierto entre las facciones de ambos líderes. Los seguidores de Morales intentaron expulsar a Arce del partido, pero la maniobra fue anulada por el Tribunal Superior Electoral, lo que alimentó las acusaciones de Morales sobre un supuesto "lawfare" orquestado desde el gobierno.
El golpe más fuerte para Morales llegó en diciembre de 2023, cuando el Tribunal Constitucional le negó la posibilidad de una reelección indefinida, limitando a dos mandatos consecutivos cualquier cargo político en Bolivia. A pesar de este revés, Morales sigue alzando su bandera de lucha, dispuesto a recuperar el control del país "a las buenas o a las malas".
En medio de esta tormenta política, estalló un nuevo escándalo cuando se reveló que Morales estaba siendo investigado por un presunto caso de abuso y trata de menores. Según la denuncia, Morales habría mantenido una relación con una menor de 15 años, de la cual nació un niño.
Aunque la orden de arresto de Morales fue suspendida, el caso amenaza con politizarse, especialmente tras la intervención del Ministerio de Justicia y las acusaciones de presiones sobre los fiscales involucrados.
Golpe de Estado fallido y tensiones al límite
Este conflicto no se desarrolla en el vacío. En junio de 2023, Bolivia vivió un intento de golpe de Estado liderado por el general Juan José Zúñiga. La intentona fue sofocada rápidamente, pero las acusaciones cruzadas entre Morales y Arce sobre quién fue el responsable de esta crisis han avivado el fuego de la confrontación.
Morales sostiene que Arce utilizó el incidente para consolidar su poder, mientras que Arce acusa a Morales de haber orquestado el golpe para desestabilizar su gobierno.
El futuro político de Bolivia está en juego. La pugna entre Morales y Arce no solo ha fragmentado a la izquierda, sino que también ha polarizado a la sociedad, aumentando las dudas sobre la estabilidad democrática del país.
Con las elecciones de 2025 en el horizonte y un MAS dividido, el desenlace de esta guerra política marcará un hito en la historia contemporánea de Bolivia. Con datos de Europa Press