El Papa desafía la tradición con 21 nuevos cardenales que rompen moldes

Líderes de las periferias y un nuncio de 99 años sorprenden al mundo católico

El Papa Francisco, conocido por su enfoque reformador, ha vuelto a romper esquemas al anunciar la creación de 21 nuevos cardenales el próximo 8 de diciembre, durante la solemnidad de la Inmaculada Concepción. Esta movida, lejos de seguir la tradición centrada en el poder europeo, destaca por su diversidad geográfica y por incluir a un nuncio de 99 años, Angelo Acerbi, el más anciano en recibir tal distinción en la historia reciente de la Iglesia.

Este nombramiento no solo refleja su visión pastoral global, sino también su voluntad de desafiar las convenciones arraigadas, especialmente al incluir al nuncio Angelo Acerbi, de 99 años, como el más anciano en ser elevado al cardenalato. 

Acerbi no participará en futuros cónclaves debido a su edad, pero su inclusión tiene un peso simbólico significativo: representa la experiencia y el servicio ininterrumpido en la Iglesia, incluso en los márgenes de la edad.

Diversidad global y representación periférica

El Papa ha querido, una vez más, destacar a las periferias del mundo, eligiendo cardenales de lugares no tradicionales en el poder eclesiástico. Cinco de los nuevos cardenales provienen de América Latina, con figuras como Monseñor Carlos Gustavo Castillo de Perú y Monseñor Fernando Chomali de Chile, quienes aportan una visión cercana a los desafíos sociales y políticos de la región.

Además, los otros nuevos cardenales proceden de regiones tan diversas como Irán, Indonesia, Japón, Costa de Marfil y Filipinas. Este enfoque no es solo geopolítico, sino profundamente pastoral, ya que busca darle voz a aquellas regiones que suelen quedar fuera del centro de decisiones del Vaticano.

Además, los otros nuevos cardenales proceden de regiones tan diversas como de América Latina, Irán, Indonesia, Japón, Costa de Marfil y Filipinas

La elección de estos cardenales responde a la voluntad de Francisco de expandir el rostro universal de la Iglesia y de integrar a aquellos que trabajan en los márgenes del poder, en sintonía con su énfasis en una Iglesia para los pobres y desposeídos. 

Es una señal clara de que la voz de las periferias, sean éstas sociales, económicas o geográficas, debe ser escuchada en los más altos niveles de la Iglesia.

Un Vicario renovador para Roma

Entre las figuras más destacadas se encuentra Monseñor Baldassare Reina, quien será nombrado Vicario de Roma, sucediendo al Cardenal Angelo De Donatis. Este nombramiento destaca la voluntad del Papa de apostar por perfiles más cercanos a los fieles y comprometidos con las reformas eclesiales, alejados de los circuitos tradicionales del poder en la Curia Romana. Reina ha sido vicegerente hasta el momento y se espera que continúe con el enfoque pastoral que ha caracterizado la gestión del Papa.

Enfoque en la justicia social y la ecología

El nuevo grupo de cardenales no solo refleja una diversidad geográfica, sino también un compromiso profundo con las causas sociales. Entre ellos está el padre Fabio Baggio, subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, una de las voces más activas en la promoción de los derechos de los migrantes y en la lucha por la justicia social. También está estrechamente vinculado al proyecto "Laudato Si'", que se centra en la ecología y el cuidado del medio ambiente, un tema central en el pontificado de Francisco.

Rompiendo moldes en la Iglesia global

Al incluir líderes de culturas y contextos diversos, y al desafiar las tradiciones europeas del poder eclesial, Francisco está cimentando su legado como un pontífice que desafía las normas establecidas en favor de una Iglesia más inclusiva y orientada hacia el futuro. 

El próximo Consistorio será un testimonio vivo de esta visión, destacando su voluntad de garantizar que los nuevos cardenales no solo representen una porción del mundo, sino a una Iglesia universal que se enfrenta a los retos contemporáneos de la humanidad.

Con este anuncio, Francisco ha reafirmado su intención de dejar una marca indeleble en la historia de la Iglesia Católica, transformándola en una institución global más cercana a las realidades sociales y espirituales del siglo XXI. Con datos de Europa Press.