Inciden la utilidad, la aplicabilidad en el trabajo en concreto, y la confianza de los jefes para dirigir desde la distancia
Un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) señala que la percepción de los directivos es clave para la implantación exitosa del teletrabajo en una empresa. Según este estudio, basado en encuestas a 186 líderes europeos, los jefes desempeñan un papel crucial en la adopción del trabajo remoto, y su decisión depende de dos factores principales: la percepción de que el teletrabajo es útil para la organización y su propia confianza en gestionar equipos de manera remota.
Los líderes que confían en que sus empleados pueden rendir adecuadamente a distancia, y que creen tener las habilidades necesarias para dirigir equipos de forma telemática, son más propensos a implementar esta modalidad. Sin embargo, el estudio también identifica que muchos directivos aún desconfían de las capacidades del teletrabajo para mantener la productividad. Entre los principales retos que enfrentan están la falta de contacto directo, la dificultad para coordinar tareas y la sensación de pérdida de control sobre el equipo.
Habilidades clave para gestionar el teletrabajo
Para superar estos desafíos, los directivos deben desarrollar habilidades específicas para gestionar equipos a distancia. Esto incluye fomentar la confianza en los empleados, gestionando por objetivos en lugar de por horas de presencia, y utilizando herramientas digitales para la comunicación y supervisión de tareas. La capacidad de construir equipos cohesionados y motivados en un entorno remoto es fundamental para el éxito del teletrabajo.
Además, la investigación sugiere que los líderes deben adaptarse a los entornos digitales, promoviendo la colaboración y evitando el aislamiento profesional de los trabajadores. "Los jefes deben ser capaces de liderar equipos en cualquier modalidad de trabajo, ya sea presencial o remoto", señala Eva Rimbau, una de las autoras del estudio.
Contexto organizacional y la resistencia al cambio
El entorno organizacional también juega un papel crucial en la disposición de los directivos a adoptar el teletrabajo. En empresas altamente digitalizadas y con una cultura organizacional abierta al cambio, la adopción del trabajo remoto es más fácil y exitosa. Sin embargo, en compañías más tradicionales, donde el control presencial y la supervisión directa son la norma, la transición al teletrabajo es más compleja.
La irrupción del teletrabajo tras la pandemia
Antes de la pandemia, el teletrabajo era prácticamente inexistente en muchos sectores de América Latina y el Caribe, donde solo el 3% de los trabajadores laboraban a distancia. Sin embargo, la crisis sanitaria obligó a las empresas a adaptarse, y según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el segundo trimestre de 2020, entre el 20% y el 30% de los empleados en la región trabajaban de manera remota. Esto fue clave para mantener ciertas actividades económicas en marcha durante la pandemia.
En España, el Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo revela que en 2023 el teletrabajo aumentó un 19%, con más de 3 millones de personas laborando desde casa, el doble que en 2019, antes del estallido de la crisis. Estas cifras demuestran que, aunque la pandemia fue el detonante, el teletrabajo ha ganado espacio como una modalidad aceptada en muchas empresas.
Un desafío estratégico para las empresas
A pesar del auge del teletrabajo, su implementación no ha estado exenta de polémicas. Muchas organizaciones han tenido dificultades para adaptarse a esta nueva modalidad, principalmente debido a la falta de consenso sobre sus beneficios a largo plazo. Mientras algunos ven en el teletrabajo una forma de mejorar la flexibilidad y el equilibrio entre la vida personal y laboral, otros lo perciben como una amenaza para la productividad y la cohesión de los equipos.
Amazon busca equilibrar la productividad y el control en su equipo
Un caso que se ha estudiado es el de Amazon que ha anunciado que pondrá fin al teletrabajo para su equipo de oficina a partir de enero de 2025, marcando una decisión que rompe con la tendencia global hacia el trabajo remoto que ha crecido desde la pandemia de COVID-19. Esta medida supone un desafío para la empresa y pone en relieve las diferencias entre las compañías que adoptan esta modalidad y aquellas que, como Amazon, la rechazan para volver al control presencial.
El gigante tecnológico, con su enfoque en la supervisión directa y el control, parece tener una cultura organizacional menos dispuesta a la flexibilidad que implica el trabajo remoto. La empresa ha priorizado la eficiencia y el control interno, en lugar de aprovechar las ventajas que ofrece el teletrabajo en términos de flexibilidad y reducción de costos. Este enfoque refleja una postura más conservadora en relación con las nuevas tendencias laborales.
El futuro del teletrabajo en Amazon y más allá
La decisión de Amazon de eliminar el teletrabajo no solo tendrá un impacto en sus empleados, sino que también podría influir en otras grandes corporaciones que buscan mantener un mayor control sobre sus equipos. Sin embargo, en un contexto donde la digitalización y la tecnología han permitido nuevas formas de trabajo, esta postura podría ser vista como una estrategia de corto plazo que contrasta con la dirección que están tomando muchas empresas en todo el mundo.
El futuro del teletrabajo seguirá siendo un tema de debate, con empresas que apuestan por modelos híbridos, mientras otras, como Amazon, eligen regresar a la presencialidad completa. ¿Será esta la fórmula para garantizar la productividad o un retroceso ante la flexibilidad que el entorno laboral moderno demanda? Solo el tiempo lo dirá.