Sigue viva en el espíritu de aquellos que guiaron las luchas por la Independencia y la Restauración.
“Tomaron posesión del Cerro de Capotillo Español (…), izaron la bandera (…) y aguardaron a que el sol anunciara por Oriente para hacer vibrar los parches bélicos y las trompetas del honor, en la diana histórica que había de repetirse desde entonces, cada mañana, para siempre”
Archambault, Pedro María. Historia de la Restauración.
A pesar de la desatención oficial, los fallidos intentos de ‘blindar’ y amurallar la frontera, los aparatosos y caprichosos operativos de persecución, captura y repatriación de inmigrantes ilegales -teñidos, las más de las veces, con la odiosa tonalidad del racismo y xenofobia que impele la mayor parte de las acciones de la jauría de neo nacionalistas que nos gastamos-, La Centinela sigue allí, impertérrita y ondeante.
A pesar de los desgarrantes reclamos y exigencias de los moradores de las comunidades fronterizas, quienes piden, a gritos, una mejoría en sus condiciones de vida, suministro seguro y eficiente en los servicios públicos, flujo efectivo del agua, continuidad y cobro adecuado en el servicio de la energía eléctrica, asesoría técnica para los productores agrícolas y mejoría en las condiciones de las carreteras y caminos vecinales, La Centinela sigue allí, radiante y vigorosa.
A pesar del poco apoyo que se brinda a los hacendados, ganaderos, comerciantes y empresarios locales, en quienes descansa en su mayor parte el sostenimiento y la pujanza de la economía de la región, La Centinela sigue allí, estoica y valiente.
Y, muy por encima de la amenaza que pesa en contra de la Ley 12-21, único instrumento legal elaborado con la intención expresa de estimular y proteger la inversión de capitales en beneficio de la región fronteriza, cuya permanencia se debate, en estos días, a expensas de los caprichos de encopetados funcionarios oficiales, burócratas ignorantes de sus deberes y obligaciones para con las mayorías, y una claque empresarial enquistada en las grandes urbes, a cuyos integrantes no lesimporta un comino la frontera y quienes se frotan las manos en estos días, con satisfacción, a la espera del zarpazo mortal en contra de nuestra gente, La Centinela sigue allí, desafiante y en pie de lucha.
Sigue viva y ondeante, en el mismo centro del pecho de cada uno de los moradores de las provincias fronterizas, sus organismos de lucha, sus instituciones democráticas, sus organizaciones de base, sus hombres, mujeres y niños, que miran de frente al porvenir.
Sigue viva en el espíritu de aquellos que guiaron las luchas por la Independencia y la Restauración, gestas heroicas en las cuales nuestra región aportó lo mejor de sus ideales, hombres y propiedades, para poder decir al mundo que somos una NaciónLibre y Soberana.
Y sigue viva en ese pabellón tricolor que durante años ha ondeado en un lugar señero de nuestra propiedad, resistiendo ventarrones, agua sol y sereno y que, para orgullo nuestro, constituye la mejor carta de presentación, cuando el hogar se ve invadido, de cuando en cuando, por un enjambre de nietos, sobrinos, hijos y demás familiares; y, claro está, los solidarios, entrañables y efusivos amigos de acá y acullá, quienes se desviven por acompañar nuestros pasos, en la visionaria estancia a la que nos entregamos por entero, en los predios de la frontera.
En esas y otras cosas parecidas meditaba esta mañana, mientras me ocupaba en reponer nuestra vapuleada Bandera Nacional Dominicana, poniendo en su lugar otra nueva, másbrillante y con mejores tonalidades, al tiempo de dedicarme con ahínco en acondicionar, junto a Nancy, este espacio amado de reunión familiar, al que mis amigos han bautizado con el presuntuoso calificativo de ‘El Patio Bohemio’.
-Y que yo, con mucho mayor respeto y veneración, y dejando a un lado el espíritu mundano y las veleidades, prefiero calificarcomo El Rincón de la Patria-.
Estamos en Villa Vitalina, Distrito Municipal Capotillo; Provincia Dajabón. En donde cada día, con el sol de la mañana, nace la Patria, más radiante y vigorosa.
A sus órdenes!
Octubre 13, 2024.