Llaman a aprovechar la juventud del país para impulsar el desarrollo económico.
Santo Domingo.-La República Dominicana está en una coyuntura demográfica que le permite capitalizar su bono demográfico. Este fenómeno, que resulta de tener una mayor proporción de población joven y activa, que la de dependientes, como niños o ancianos, ofrece una ventana única para mejorar la economía y elevar la calidad de vida. Así lo expresó Mario Serrano, Representante Nacional de UNFPA, durante el evento "Resiliencia Demográfica: clave para el futuro sostenible del país".
El diálogo, organizado por UNFPA, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), y el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE), reunió a expertos de distintos sectores para debatir sobre los retos y oportunidades que enfrenta el país con su cambiante estructura poblacional.
Importancia de integrar a los jóvenes en la economía
Este momento es clave para aprovechar el potencial de los jóvenes, que representan una parte significativa de la población, y puede traducirse en un impulso económico si se implementan políticas adecuadas. La idea central es fomentar su integración en el mercado laboral y su participación en la toma de decisiones, para que contribuyan al desarrollo del país de manera activa.
Serrano subrayó la importancia de integrar a los jóvenes en la economía y en los procesos de toma de decisiones, ya que de ello depende un crecimiento inclusivo y sostenible. También hizo hincapié en la necesidad de preparar políticas a largo plazo que fomenten la educación, la creación de empleo digno y el acceso a la salud de esta generación de jóvenes.
El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) y el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE), quienes también participaron en la organización del evento, se centraron en la importancia de las políticas públicas que respondan a las necesidades tanto de los jóvenes como de los adultos mayores, ya que el envejecimiento de la población será el próximo gran desafío demográfico en el país.
Cambios en la estructura por edades de la población en Latinoamérica y el Caribe
En el evento se destacó que con más de 8.000 millones de personas en el mundo, la última ronda de censos de 2020 muestra cambios significativos en la estructura por edades de la población en Latinoamérica y el Caribe. Según la CEPAL, la proporción de personas menores de 15 años disminuyó del 41% en la década de 1950 al 22,5% en la actualidad, mientras que la población adulta entre 15 y 64 años crece del 55,6% en 1950 al 67,6% en 2024. Para 2050, el 18,9% de la población estará constituido por personas mayores de 65 años, duplicando el 9,9% observado en 2024.
Se espera que en las próximas décadas, América Latina y el Caribe (LAC) enfrentará una etapa demográfica marcada por logros significativos, como la longevidad y la capacidad de las mujeres para decidir sobre su maternidad, lo que plantea tanto oportunidades como desafíos en la estructura de edades.
El envejecimiento debe verse como una oportunidad
En ese sentido, el doctor José García Ramírez, director del CONAPE, resaltó que “Este fenómeno global (el envejecimiento) plantea importantes retos, pero también brinda valiosas oportunidades para el desarrollo económico y social del país. Es esencial que adoptemos una visión de futuro y diseñemos políticas inclusivas y sostenibles, que aborden tanto las necesidades inmediatas de las personas de edad, como los desafíos estructurales que nuestra sociedad deberá enfrentar en los próximos años”.
Agregó, además, que el envejecimiento no debe verse como un problema, sino como una oportunidad para rediseñar nuestras políticas económicas y sociales, promoviendo la inclusión y el bienestar de todas las generaciones
Resiliencia demográfica
En la conferencia magistral también participó Alanna Armitage, directora del UNFPA para México, Cuba y la República Dominicana, quien habló de la importancia de la resiliencia demográfica. Este concepto, que aborda cómo las sociedades pueden adaptarse y prosperar ante cambios demográficos, resalta la importancia de prepararse proactivamente.
Armitage indicó que, además de atender las necesidades de la población, la resiliencia demográfica incluye anticipar los cambios, como el envejecimiento, para que el país esté listo para enfrentarlos.
Mujeres y trabajo doméstico
Las ponentes Rosa Cañete, directora de Análisis de Pobreza y Desigualdad del MEPyD, y Diana Mejía, directora de Desarrollo Integral y Protección al Adulto Mayor del CONAPE, discutieron sobre la importancia de contar con datos desagregados por género para crear políticas de empleo efectivas, especialmente en sectores como el trabajo doméstico.
Sostuvieron que este sector, mayoritariamente femenino, está infrautilizado en términos de aportes económicos, y más de 250 mil mujeres no están formalmente integradas a la economía, lo que representa un reto significativo para el desarrollo económico del país.
El Diálogo redondeo en que la República Dominicana tiene una ventana de oportunidad única para aprovechar su bono demográfico. Sin embargo, este reto también demanda planificación y políticas efectivas que aseguren que tanto los jóvenes como los adultos mayores puedan contribuir a un desarrollo sostenible a largo plazo. La resiliencia demográfica es, entonces, una estrategia esencial para gestionar de manera proactiva los cambios en la población y garantizar un futuro próspero.