Los cortes de energía agravan la situación económica y golpean varios sectores clave
Los 23 días consecutivos de apagones en Ecuador han dejado una factura económica alarmante, con pérdidas estimadas en alrededor de dos mil millones de dólares, según informó la Cámara de Comercio de Guayaquil.
Gabriela Uquillas, directora ejecutiva de esta entidad, reveló que cada hora sin electricidad representa un costo de 12 millones de dólares para el país, afectando gravemente el empleo y la competitividad.
Impacto en la economía y advertencias del gobierno
La ministra interina de Energía y Minas, Inés Manzano, adelantó que los apagones podrían continuar hasta diciembre, aunque se espera que sean menos severos que los actuales. Esta situación ha generado preocupación en múltiples sectores, en particular en la construcción.
Asociaciones del gremio de comerciantes alertaron sobre el agravamiento de la crisis y pidieron al presidente Daniel Noboa tomar medidas rápidas y efectivas.
El Banco Central del Ecuador reportó que en el segundo trimestre del año la economía del país se contrajo un 2,2 por ciento, con la construcción sufriendo una caída del 17 por ciento, lo que refleja la magnitud del impacto de la crisis energética.
Sectores vulnerables y respuesta gubernamental
Pequeños comercios y negocios locales se han visto especialmente afectados, ya que muchos no pueden costear generadores eléctricos, pero tampoco pueden permitirse cerrar sus puertas, ya que dependen de sus ingresos diarios para subsistir.
Manzano reconoció la frustración de la ciudadanía y aseguró que el gobierno está trabajando para controlar y mejorar la situación. Atribuyó gran parte de los apagones a la sequía más severa en los últimos 60 años, que ha disminuido la capacidad de generación hidroeléctrica en el país.
Ecuador depende en gran medida de las centrales hidroeléctricas, que producen más del 70 por ciento de su energía. La planta más grande, Coca Codo Sinclair, ha asumido la mayor carga de generación en el contexto de las lluvias en la región amazónica.
Sin embargo, el embalse Mazar, en el sur del país, está al borde de no poder operar debido a la falta de precipitaciones en esa zona, lo que añade más presión a la ya crítica situación energética del país. Con datos de Prensa Latina