Un nuevo estudio revela que las células cancerosas compiten a favor y en contra del desarrollo del tumor
Un estudio del Instituto de Neurociencias de Elche, liderado por Ángela Nieto, ha revelado que dentro de los tumores coexisten dos tipos de células con funciones opuestas. Mientras algunas promueven la expansión maligna del cáncer, otras intentan reparar el daño.
Este hallazgo, publicado en Nature Cancer y recoge Europa Press, podría abrir nuevas vías para diseñar tratamientos más efectivos contra el cáncer metastásico, rresponsable de la mayoría de muertes oncológicas.
El equipo de Nieto ha estudiado durante 20 años el proceso de transición epitelio-mesénquima (EMT), que permite la migración de células durante el desarrollo embrionario. En el cáncer, este mecanismo es utilizado para que las células malignas se diseminen, provocando metástasis.
Sin embargo, se ha descubierto que dicho proceso también actúa como una herramienta de defensa en los adultos, donde las células intentan reparar los tejidos dañados. Pero cuando el daño es crónico, las células fallan en su intento de reparación y desarrollan fibrosis, lo que degenera en enfermedades severas.
En el cáncer, estos dos programas celulares se activan simultáneamente, pero en diferentes partes del tumor.
Las células que promueven el desarrollo embrionario, que fomentan la expansión maligna, se encuentran en la periferia del tumor, mientras que las encargadas de la reparación se ubican en el centro.
Esto crea una "heterogeneidad intratumoral" antes desconocida, donde células aparentemente iguales pueden comportarse de forma radicalmente distinta.
Factor Prrx1
Este descubrimiento apunta a un factor clave, el gen Snail1, en el proceso de desdiferenciación celular, lo que permite a las células adultas revertir su identidad y adquirir nuevas funciones.
El equipo también ha identificado que el factor Prrx1 es esencial para la diseminación metastásica; su eliminación bloquea la capacidad de expansión del cáncer.
Además de estos avances, el equipo ha desarrollado modelos animales que han permitido validar sus hallazgos y correlacionarlos con datos clínicos de pacientes humanos, abriendo la posibilidad de trasladar estos descubrimientos a tratamientos contra el cáncer, especialmente en tumores de mama altamente agresivos y resistentes a terapias tradicionales.