Ajustes en desarrollo económico tras escucha del rechazo popular
Santo Domingo.- El presidente Luis Abinader decidió retirar del Congreso Nacional el proyecto de Ley de Modernización Fiscal, argumentando que la falta de consenso ciudadano hace inviable su aprobación. Esta medida tiene varias implicaciones económicas y políticas para la República Dominicana, destacando la importancia de preservar la confianza del electorado en el gobierno y la estabilidad del país en el corto plazo.
En su discurso, Abinader subraya que su gobierno busca actuar con responsabilidad al proponer una modernización fiscal, un tema que otros gobiernos evitaron para no afectar su popularidad. Sin embargo, al constatar el rechazo social hacia esta propuesta, el mandatario prefirió no forzar la iniciativa, alineándose con un enfoque democrático de diálogo y rectificación. Esta decisión refuerza su imagen como un líder que escucha y responde a las preocupaciones ciudadanas.
Impacto económico de retirar el proyecto
La Ley de Modernización Fiscal apuntaba a reducir la dependencia del endeudamiento externo y mejorar los ingresos del Estado mediante una mayor eficiencia en el gasto público. Sin esta reforma, es probable que el gobierno deba recurrir nuevamente a financiamiento externo para cubrir déficits presupuestarios, lo que podría limitar su capacidad para ejecutar proyectos de infraestructura y servicios públicos esenciales.
El retiro del proyecto también refleja la complejidad de implementar reformas fiscales en un entorno político sensible. Sin el respaldo popular, cualquier medida que implique cambios significativos en la tributación o en el gasto puede generar tensiones sociales y afectar la gobernabilidad. En este sentido, la decisión de Abinader evita riesgos inmediatos de protestas o descontento generalizado.
Posibles ajustes en la agenda económica
La retirada del proyecto obliga al gobierno a replantear su estrategia de desarrollo económico, priorizando alternativas más viables que cuenten con mayor aceptación social. Esto podría traducirse en la búsqueda de nuevas fuentes de ingresos, alianzas público-privadas o programas de austeridad para mantener la estabilidad fiscal sin afectar la calidad de los servicios públicos. Asimismo, es previsible que el gobierno continúe promoviendo iniciativas parciales, como la Ley de Responsabilidad Fiscal y la reducción del gasto mediante la reestructuración de instituciones públicas.
El discurso de Abinader marca un punto de inflexión en su gestión, mostrando que está dispuesto a recalibrar sus políticas en función del sentir ciudadano. En términos económicos, la decisión de retirar el proyecto fiscal refleja la necesidad de encontrar un equilibrio entre la sostenibilidad financiera y la gobernabilidad democrática. La capacidad del gobierno para diseñar nuevas estrategias consensuadas será clave para garantizar la estabilidad y el crecimiento en los próximos años.