Miami.-En la recta final hacia las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la vicepresidenta y candidata demócrata Kamala Harris enfrenta una batalla decisiva. Aunque mantiene una ventaja en las encuestas nacionales sobre Donald Trump, la verdadera clave de la contienda radica en los votos electorales de los estados bisagra, donde la lucha sigue siendo intensa. Actualmente, en varios de estos territorios, Harris se encuentra detrás del expresidente Trump, quien podría consolidar su regreso a la Casa Blanca si domina en estas regiones.
Harris ha decidido centrar su campaña en los "swing states" o estados bisagra, territorios que son cruciales para el resultado electoral. Esta semana, la candidata visitará Michigan y Georgia, dos estados donde la ventaja de Trump es estrecha pero significativa. La gira forma parte de su estrategia para recortar distancias con su rival republicano en estas áreas clave, donde el resultado es incierto a solo semanas de los comicios de noviembre.
La importancia de los estados bisagra
Los estados considerados "en disputa" actualmente son Arizona (11 votos electorales), Georgia (16), Michigan (15), Nevada (6), Carolina del Norte (16), Pensilvania (19) y Wisconsin (10), sumando un total de 103 votos electorales. Este número representa casi una quinta parte de los 538 en juego, y la diversidad del electorado en estos territorios hace que ganar en todos ellos sea un desafío complejo.
A nivel nacional, Harris cuenta con una ligera ventaja del 49.2% frente al 47.9% de Trump, pero en el sistema electoral de Estados Unidos, lo que realmente cuenta son los votos electorales distribuidos por estado.
El candidato que obtenga al menos 270 votos de los 538 será el próximo presidente, lo que significa que ganar en estos estados clave puede definir el resultado final. Si Trump logra asegurarse estos estados, podría sumar hasta 312 votos electorales, superando los 226 de Harris y sellando su victoria.
Wisconsin, Michigan y Pensilvania
Tres estados resultan particularmente importantes para la campaña de Harris: Wisconsin, Michigan y Pensilvania, los llamados estados del "muro azul". Estos estados tradicionalmente han sido bastiones demócratas, pero su pérdida ha llevado a victorias republicanas en elecciones pasadas, como ocurrió en 2016 cuando Trump los ganó, aunque los perdió en 2020 frente a Joe Biden.
Los desafíos para Harris en estos estados son significativos. Según la media de encuestas locales, Harris está 1.2 puntos por detrás de Trump en Michigan, 0.2 en Wisconsin, y 0.7 puntos en Pensilvania.
A pesar de las dificultades, estos territorios siguen siendo una prioridad para la vicepresidenta, quien apuesta por ganarse el apoyo de las comunidades trabajadoras, sindicatos y grupos minoritarios.
El conflicto entre Israel y Gaza también juega un papel clave en la campaña de Harris, especialmente en ciudades con grandes poblaciones musulmanas como Detroit, Milwaukee y Filadelfia.
Además, Michigan, un estado industrial, representa un reto particular debido a su histórica relación con la industria automotriz. Aquí, Harris ha priorizado las negociaciones con sindicatos y ha prometido apoyar políticas favorables para los trabajadores.
Trump refuerza su campaña con apoyo de Elon Musk
Por su parte, Trump ha intensificado su presencia en estos estados clave, centrándose en propuestas económicas para atraer a los votantes de clase trabajadora. Durante el último fin de semana, Trump visitó Pensilvania, el estado con 19 votos electorales considerado como el gran premio de esta elección.
Acompañado por el magnate Elon Musk, el expresidente ha reforzado su mensaje sobre la importancia de la industria manufacturera, las exenciones fiscales y sus políticas arancelarias para revitalizar la economía local.
Michigan, Pensilvania y Wisconsin son estados donde el empleo en manufactura y trabajos manuales tienen un peso importante en el electorado. Trump ha capitalizado esta situación promoviendo sus políticas económicas, con la esperanza de repetir su éxito de 2016, cuando ganó en estos estados.
El impulso final de Harris y el apoyo de Obama
Para reforzar su campaña en los próximos días, Kamala Harris contará con el respaldo del expresidente Barack Obama, quien la acompañará en varios eventos para motivar al electorado demócrata.
La presencia de Obama, quien sigue siendo una figura influyente en la política estadounidense, busca movilizar a los votantes indecisos en estos estados disputados y aumentar la participación electoral.
El desenlace de las elecciones en noviembre dependerá de lo que ocurra en estos territorios clave, donde tanto Harris como Trump están poniendo todo su esfuerzo en los días finales de la campaña.
Con los márgenes tan ajustados, cualquier cambio en las encuestas o en la participación de los votantes podría inclinar la balanza hacia uno u otro candidato.
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