La lucha por el papel de la mujer sigue sin respuesta clara
El Cardenal Víctor Manuel Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, ha dado un golpe de realidad: el diaconado femenino, ese tema que ha generado tantos debates, no está ni cerca de concretarse. Según el propio Papa Francisco, "la cuestión no está madura".
Así lo anunció Fernández en medio del Sínodo sobre la Sinodalidad, aplazando las esperanzas de quienes ven en la ordenación femenina un camino hacia la igualdad dentro de la Iglesia.
Aunque la comisión que estudia el tema ha llegado a "conclusiones parciales", el Santo Padre ha pedido que la posibilidad del diaconado femenino se mantenga en pausa.
Pero el problema es más profundo. Fernández fue claro al señalar que el diaconado para algunas mujeres no resuelve la situación de los millones de mujeres que, día tras día, sostienen la estructura de la Iglesia desde posiciones no oficiales.
Así, catequistas, líderes comunitarias, mujeres que dirigen parroquias en la ausencia de sacerdotes: todas ellas, han sido relegadas a un segundo plano.
Un debate silenciado por la tradición
El Papa, aunque preocupado por el rol de la mujer en la Iglesia, ha optado por no empujar una reforma drástica. Su enfoque ha sido explorar otras formas de participación femenina sin tocar el "orden sagrado".
El poder sacerdotal, dice el Papa, no siempre implica autoridad. Hay "formas de autoridad" que no requieren de una ordenación, pero estas ideas apenas han sido acogidas.
El acolitado femenino, una propuesta ya aceptada en pocas diócesis, ha sido bloqueado a nivel local. Los sacerdotes, según Fernández, son quienes, muchas veces, se resisten a presentar mujeres para este rol. El mensaje es claro: no es el momento de ordenar diaconisas, y apresurarse no es la solución.
"Para quienes estén convencidos de que la cuestión del diaconado femenino debe explorarse más a fondo, el Santo Padre me ha confirmado que la Comisión presidida por el cardenal Giuseppe Petrocchi seguirá activa", ha afirmado el prefecto.
En este sentido, los 368 participantes del Sínodo también podrán enviar a la Comisión "consideraciones, propuestas, artículos o preocupaciones sobre esta cuestión"."Podemos avanzar paso a paso, y llegar a cosas muy concretas, para que se entienda que no hay nada en la naturaleza de la mujer que le impida tener lugares muy importantes para la dirección de las Iglesias", ha concluido.
¿Y ahora qué?
Mientras tanto, la Comisión presidida por el Cardenal Giuseppe Petrocchi sigue trabajando. Sin embargo, este proceso parece avanzar a paso de tortuga, mientras las mujeres siguen siendo fundamentales para la Iglesia, pero invisibles en su liderazgo. ¿Hasta cuándo tendrán que esperar para ocupar los lugares de poder que merecen? Con aportes de Europa Press.