Violencia de pandillas desata una catástrofe humanitaria sin precedentes: niños como esclavos de guerra en Haití
Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF, encendió las alarmas ante el Consejo de Seguridad de la ONU, describiendo el aterrador panorama que azota a Haití, un país devorado por la violencia de las bandas criminales. "Haití soporta algunos de los peores abusos y violaciones de derechos", sentenció Russell, quien ha denunciado que la situación es "catastrófica", especialmente para los niños.
En su intervención, Russell advirtió que los grupos armados no solo siembran terror, sino que reclutan activamente a niños. “Entre el 30 y 50% de los miembros de estas pandillas son menores de edad. Los utilizan como informantes, cocineros, esclavos sexuales, e incluso les obligan a cometer actos violentos", denunció.
El balance es devastador: cinco millones y medio de personas necesitan ayuda humanitaria urgente, tres millones de ellos son niños.
Además, más de 700,000 personas han sido desplazadas de sus hogares, de las cuales 360,000 son niños. Las cifras son solo una pincelada del desastre que, según Russell, sigue empeorando día tras día.
Crisis alimentaria
Uno de los puntos más críticos es la crisis alimentaria. La mitad de la población se enfrenta a la inseguridad alimentaria y la desnutrición crece a niveles alarmantes. Los niños, quienes más sufren este caos, no solo han sido arrancados de sus hogares, sino también de las aulas. "Este año, más de 300,000 niños han perdido su derecho a la educación", agregó la funcionaria.
El terror no para ahí. Un informe reciente de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos reveló que más de 3,600 personas han sido asesinadas en lo que va de 2024, y la violencia sexual contra mujeres y niños se ha disparado en los últimos meses.
Russell pidió al Consejo de Seguridad no solo ampliar la respuesta humanitaria, sino reforzar la capacidad de las instituciones haitianas para sostener a largo plazo cualquier mejora en la situación.
Haití en el abismo
Haití, sin un presidente desde el asesinato de Jovenel Moise en 2021, sigue hundiéndose en el abismo, con Ariel Henry habiendo presentado su dimisión en marzo tras la escalada de violencia.
Garry Conille, actual jefe de Gobierno, tiene en sus manos la hercúlea tarea de pacificar el país y organizar las primeras elecciones en una década, un esfuerzo que se vislumbra titánico en medio de este caos.
El tiempo corre en contra de Haití, mientras el mundo observa con inquietud la descomposición de una nación que parece haberse convertido en tierra de nadie. con datos de Europa Press