Más de 5 millones sufren hambre aguda en un entorno caótico.
Santo Domingo.- , 26 de octubre (EUROPA PRESS) – El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha emitido un alarmante informe sobre la situación en Haití, donde la “incertidumbre política, la violencia desenfrenada de las pandillas y la inseguridad alimentaria” han sumido al país en una “crisis en espiral”. Esta crisis afecta particularmente a la juventud haitiana, con al menos la mitad de la población padeciendo “hambre aguda”.
Según datos de la ONU, aproximadamente 5,4 millones de haitianos se enfrentan a esta alarmante situación. Entre ellos, unas 6.000 personas desplazadas internamente (IDP) se encuentran en lugares donde las condiciones se asemejan a la hambruna. Waanja Kaaria, directora del PMA en Haití, subrayó la gravedad de la situación, indicando que 270.000 niños sufren de desnutrición aguda.
Kaaria advirtió que el hambre no solo compromete la salud de los haitianos, sino que también aumenta la probabilidad de que las personas recurran a “mecanismos de supervivencia adversos”. En particular, los jóvenes corren el grave riesgo de ser reclutados por grupos armados o caer en actividades delictivas, lo que perpetúa un ciclo de violencia y desesperación en el país.
La situación ha empeorado en los últimos meses debido a un aumento significativo en los ataques de bandas armadas, especialmente en la capital, Puerto Príncipe. Este incremento ha duplicado, en tan solo tres meses, el número de personas obligadas a abandonar sus hogares, alcanzando un total de más de 700.000 desplazamientos.
Las operaciones humanitarias de la ONU también se han visto afectadas. Este jueves, un helicóptero de la organización fue atacado por bandas armadas mientras sobrevolaba Puerto Príncipe, lo que interrumpió temporalmente las labores de ayuda en el país. Este acto de violencia subraya el grave riesgo al que se enfrentan tanto las organizaciones humanitarias como la población civil en Haití.
La inestabilidad política es otra faceta crítica de esta crisis. Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, Haití ha estado sin presidente, lo que ha contribuido a un vacío de poder. Ariel Henry asumió el cargo de primer ministro, pero su gobierno fue criticado por su incapacidad para controlar la violencia.
En marzo de este año, presentó su dimisión tras una ola de violencia. Actualmente, el Consejo Presidencial de Transición ha nombrado a Garry Conille como jefe de Gobierno, encargado de llevar a cabo la pacificación del país.
En un intento por restablecer el orden, su gabinete ha anunciado la creación de un Consejo Electoral Provisional con el objetivo de organizar las primeras elecciones en una década. Sin embargo, la implementación de este plan se enfrenta a enormes desafíos en un entorno caracterizado por la violencia y la falta de recursos.
La comunidad internacional debe prestar atención urgente a la crisis humanitaria en Haití. La combinación de inseguridad, hambre y un entorno político volátil exige una respuesta coordinada y efectiva para aliviar el sufrimiento de millones de haitianos y estabilizar la región. La situación actual representa no solo un desafío para Haití, sino una preocupación mayor para la estabilidad del Caribe en su conjunto.