Exigen cambios en la modalidad educativa: un caos insostenible para alumnos y docentes.
Santo Domingo.-La Jornada Escolar Extendida, que se suponía revolucionaria, ha colapsado en un mar de frustración y monotonía para maestros y estudiantes según denuncia el profesor Menegildo De La Rosa, quien ha estado al frente de un Centro Educativo de este sistema desde 2012
De La Rosa sostiene que el modelo educativo, lejos de mejorar, se ha transformado en una tortura tanto para los alumnos como para el personal docente.
“Al principio, había una promesa de mejora; contábamos con talleres de deportes y arte que hacían de las tardes una experiencia educativa divertida y enriquecedora. Pero con la masificación del programa, esos talleres desaparecieron. Ahora, los niños reciben las mismas clases por la mañana y por la tarde.
¡La Jornada Escolar Extendida se ha convertido en un puro infierno!”, exclama De La Rosa, quien también es dirigente de la Asociación Dominicana de Profesores.
El docente critica la inexplicable ausencia de talleristas de arte, a pesar de que el Ministerio de Educación devuelve anualmente fondos del 4% por falta de ejecución presupuestaria.
“Si no van a nombrar a los talleristas, ¡reduzcan la jornada escolar a las tres de la tarde! No tiene sentido mantener a los niños estancados después del almuerzo en clases repetitivas y tediosas”, enfatiza.
Condiciones insoportables en las aulas
De La Rosa advierte que las condiciones climáticas extremas, agravadas por el cambio climático, hacen que el ambiente escolar sea insoportable. “Después del almuerzo, la escuela se convierte en un caos”.
“La incomodidad genera correderas y peleas, estresando al personal docente y provocando enfermedades tanto en maestros como en alumnos”, añade.
Ante esta situación crítica, el profesor plantea dos alternativas claras: nombrar a los talleristas de arte y áreas lúdicas para revitalizar el programa o reducir la jornada escolar a las tres de la tarde.
“Necesitamos urgentemente condiciones que permitan una educación más humana y digna para el alumnado y el profesorado dominicano”, concluye De La Rosa.