APORTES DE LA IGLESIA CATÓLICA A LA SOCIEDAD DOMINICANA
Arquidiócesis de Santo Domingo.- Por orden de nombramiento, el segundo obispo de Santo Domingo fue Alejandro Geraldini presentado al Papa Medici, León X, de origen florentino, por Carlos V, I de España, para obispo de Santo Domingo.
“Alessandro” Geraldini, nacido en Amelia, también de origen florentino, quien fue soldado en el 1469 en España al servicio de la reina Isabel en la guerra sucesoria a los 23 años. Gracias a su tío Ángel y a su hermano Antonio, secretario y consejero del rey Juan XI de Aragón y, después, de los Reyes Fernando e Isabel, Geraldini llega a la corte real para ser copero de la Reina y luego, preceptor en letras latinas de las hijas de los Reyes Católicos: Isabel, Juana, María y Catalina.
GERALDINI: AUTOR, MAESTRO Y LEGADO
Hombre frágil y enfermizo, aristócrata y artista, de espíritu bueno, piadoso, culto, caballeroso, de grandes modales y hábil intermediario, fue discípulo de Grifón, un humanista renacentista.
- Geraldini escribe 42 obras en latín clásico, 24 libros de versos sagrados, una vida de San Benito, versos a las glorias de Roma, y temáticas referidas a la educación de la época.
De su tiempo como preceptor de las infantas son sus obras: Libro único sobre la educación de los jóvenes nobles, y Del oficio de los Príncipes, en las que describe el plan de estudios que enseñaba a las infantas basado en la lectura de Séneca, Historia Latina, Derecho civil y Canónico, así como los poetas cristianos Prudencio y Juvencio, junto a los Santos Padres de la Iglesia Ambrosio, Agustín y Jerónimo. También escribió Vida de Catalina de Aragón, reino de Inglaterra y Poesías Sagradas y Profanas.
Los reyes católicos le nombran Legado Real, y luego le recomiendan al Papa como Legado Pontificio, realizando 17 viajes diplomáticos por toda Europa, lo que le valió recibir a los 40 años de edad el episcopado de Salerno en 1494, sede en la que nunca hace presencia física.
Geraldini apoya a Cristóbal Colón, quien después de no convencer a las cortes de Francia e Inglaterra de patrocinar su empresa para llegar a las indias, acude a los reyes católicos, por mediación del florentino.
Nombrado en el 1516, obispo de Santo Domingo, interviene el 15 Diciembre en la sesión preparatoria del Concilio Ecuménico Lateranense V a la que asistió y en la que firmó “Alejandro Geraldini, obispo de Santo Domingo”.
Escribe acerca de la prohibición de los encomenderos a los españoles de contraer matrimonio con los nativos de la isla: caso de un hombre a quien se le habían propiciado 100 latigazos por contraer matrimonio con una indígena, la cual sufrió tan grande hostigamiento que termina quitándose la vida por sus propias manos.
El 6 de octubre de 1519 Geraldini escribe a Carlos V felicitándolo por su elección del 28 Junio al imperio, y exhortándolo a seguir las huellas de Alejandro Magno.
Las misiones diplomáticas en Inglaterra no le permiten llegar a su diócesis; envía entonces a dos delegados quienes se apropiaron de los diezmos reservados para la construcción de la catedral primada, ya que la existente hasta entonces era de paja.
A los 64 años emprende el viaje a su nueva diócesis, cuyas peripecias eran narradas con lujo de detalle en carta al Papa León X, convirtiéndo a Geraldini en el primer obispo en llegar a Santo Domingo, ejerciendo desde el 1516 al 1524.
EL OBISPO LLEGA AL PUERTO DE SANTO DOMINGO UN 17 DE SEPTIEMBRE
El nuevo obispo afronta de inmediato grandes problemas de rivalidades con la familia de Colón y los bandos de otras familias por la delicada situación de la evangelización de los indios ante la oposición de los encomenderos que de inmediato envían a manos del rey cartas en las que le acusaban al prelado en la isla de comportarse como un inútil niño y necesitado de un coadjutor de mayor entendimiento de la situación y cercano a ellos.
Gracias al tesón de Geraldini, en el 1521 se puso la primera piedra y comenzaron las obras de la construcción de la catedral. Pero su débil condición de salud se acrecentó con los calores, la humedad, así como su poca disposición a comer los alimentos nativos, por lo que escribió a Roma acerca de su deseo de terminar su vida en esta ciudad, y diligentemente se dedicó a ordenar los negocios del obispado para regresar a Italia.
Inesperadamente la muerte le llega el 8 de marzo del 1524, y sus restos quedarían en Santo Domingo, justamente en la capilla del Cristo recién inaugurada en la recién iniciada catedral que al momento de su muerte, gracias a su insistencia, las paredes con las bocacapillas entre el testero y la puerta sur ya habían sido terminadas.
Las obras concluirán en 1541 y la catedral de Santo Domingo, primada de América, de estilo gótico y plateresco será consagrada por Alonso de Fuenmayor, cuarto obispo de la Diócesis de Santo Domingo, segundo sucesor de Geraldini. Padre Manuel Antonio garcia Salcedo