La población de Arcahaie en pánico tras amenazas de despiadada masacre pandillera.
Santo Domingo.-La reciente operación policial en Haití dejó 15 pandilleros muertos y una ola de amenazas. La banda criminal Cinco Segundos, liderada por el infame Ti Jackson, difundió un video en redes sociales advirtiendo a los habitantes de Arcahaie de una violenta represalia. La comunidad haitiana vive ahora un estado de terror, enfrentando el posible asedio de esta pandilla.
Más allá de vengar a sus compañeros caídos, la intención de Ti Jackson es clara: tomar el control total de Arcahaie y establecer una base de operaciones que solidifique su dominio. Según Haití Libre, que recoge Prensa Latina, la estrategia pandillera apunta a una ocupación territorial bajo la amenaza de constante violencia.
En un evento inesperado la semana pasada, un grupo de pandilleros armado naufragó cuando intentaba atacar Arcahaie por mar. Una docena de hombres, equipados con rifles y municiones, sucumbió ante el mal tiempo y la falta de habilidades náuticas. La embarcación se volcó, dejando a la banda sin vidas ni arsenal y evitando, por poco, una masacre en la comunidad.
Sin embargo, fuentes como Noticias Kominotek sostienen que este incidente ha exacerbado el conflicto. La población de Arcahaie sigue en alerta, consciente de que la amenaza no ha terminado, y de que las represalias prometidas podrían estar más cerca de lo que creen.
Graves ataques reciente de pandillas contra la población civil
Los actos de violencia cometidos por pandillas en Haití han alcanzado niveles alarmantes, dejando a la población en constante estado de vulnerabilidad. A continuación, se describen algunos de los episodios recientes que han marcado el deterioro de la seguridad en el país:
En julio de 2024, el barrio de Cité Soleil fue escenario de una masacre a manos de la pandilla G9, liderada por Jimmy “Barbecue” Cherizier. El ataque, que dejó decenas de muertos, fue parte de una lucha por el control territorial. Testigos afirman que la pandilla incendiaba hogares con los habitantes adentro, provocando una ola de desplazamientos forzados.
Pandillas como 400 Mawozo han convertido el secuestro en un lucrativo negocio. En agosto de 2024, una docena de pasajeros de un autobús fue tomada como rehén, aumentando el clima de terror. Los secuestradores suelen exigir rescates exorbitantes, forzando a las familias a endeudarse o abandonar sus hogares para poder reunir el dinero.
Las pandillas han extendido su control a sectores como la salud. En varias ocasiones, grupos armados irrumpieron en hospitales de Puerto Príncipe para apoderarse de suministros médicos o secuestrar a médicos para brindar servicios a sus heridos. Esto ha colapsado el sistema sanitario en muchas zonas, dejando a la población sin atención médica.
Otro reciente acto de terror fue el incendio de mercados locales, donde cientos de vendedores perdieron sus mercancías y medios de sustento. En septiembre de 2024, el mercado de Croix-des-Bouquets fue atacado por una banda local, lo que afectó gravemente a las familias que dependen de estos ingresos para sobrevivir.
En las zonas periféricas de Puerto Príncipe y otras regiones clave, las pandillas han establecido puntos de control donde exigen "peajes" a conductores y comerciantes. Aquellos que se niegan a pagar enfrentan amenazas, asaltos, o, en el peor de los casos, la muerte. Esto ha obstaculizado el tránsito de bienes y personas, generando una crisis en la distribución de alimentos y suministros.
El ataque más reciente se produjo en octubre, cuando al menos 109 personas murieron y unos 40 fueron heridos por parte de la banda criminal Gran Grif contra la población de la localidad de Pont-Sandé, situada en el oeste de Haití, un incidente que se enmarca en la fuerte ola de violencia que atraviesa el país.
Cada uno de estos actos refleja la gravedad de la situación en Haití, donde las pandillas parecen haber superado la capacidad del Estado para mantener el orden. La población civil queda atrapada en una red de extorsión, violencia, y desplazamiento forzado, viviendo con el constante temor de ser la próxima víctima de esta violencia sin freno.