La nueva era del grupo chií se enfrenta a desafíos tras la muerte de Nasralá
El partido-milicia chií Hezbolá ha confirmado este martes a Naim Qassem como su nuevo líder, poniendo fin a las especulaciones sobre quién sucedería a Hasán Nasralá, quien falleció en un bombardeo israelí en Beirut a finales de septiembre. Esta decisión surge en medio de la invasión israelí, que ha desatado un conflicto en la región durante el último mes.
Qassem, de 71 años y uno de los fundadores de Hezbolá, ha estado en la cúspide del grupo durante más de tres décadas.
Nacido en Beirut, su trayectoria comenzó en la Universidad Libanesa, donde se graduó en Química, y continuó con estudios de teología con el influyente ayatolá Mohamad Husein Fadlalá.
Su carrera política se inició en el Movimiento AMAL, antes de unirse a Hezbolá en plena invasión israelí de 1982.
Bajo el liderazgo de Nasralá, Qassem se consolidó como una figura clave, coordinando campañas políticas que llevaron a Hezbolá a obtener 15 escaños en el Parlamento libanés.
Naim Qasem, nuevo líder de Hezbolá tras más de tres décadas como 'número dos' del grupo que ayudó a fundar. Sucede en el puesto a Nasralá, muerto a finales de septiembre en un bombardeo del Ejército de Israel contra Beirut
Sin embargo, la reciente muerte de Nasralá y otros altos mandos del grupo durante el ataque israelí, que dejó más de 80 muertos, ha llevado a Hezbolá a una crisis organizativa.
El nombramiento de Qassem llega en un momento crítico, justo tras el bombardeo de su búnker, que intensificó la situación en un Líbano sumido en el caos político.
Con un vacío en la presidencia desde hace dos años y una oposición fragmentada, la situación se torna cada vez más compleja.
La Resistencia Persiste
A pesar de los desafíos, Qassem ha prometido seguir los pasos de su predecesor, comprometiéndose a mantener encendida "la llama de la resistencia" hasta alcanzar la victoria frente a Israel.
En su primer discurso tras la designación, aseguró que Hezbolá se ha reorganizado y que no hay "puestos vacantes" en el liderazgo del grupo.
Con el trasfondo de la creciente tensión entre Israel e Irán, principal aliado de Hezbolá, el nuevo líder enfrenta un doble reto: reconstruir su organización tras las pérdidas y manejar la escalofriante dinámica de un conflicto que amenaza con expandirse a una guerra de mayores dimensiones en Oriente Medio.
La lucha continúa, y con Qassem al mando, Hezbolá se prepara para afrontar el desafío que representa esta nueva era, un desafío que no solo afecta a Líbano, sino que podría tener repercusiones en todo el Medio Oriente. Con datos de Europa Press