El administrador general reflexiona sobre los retos y futuro del sector
Santo Domingo.- El pasado domingo, durante la misa conmemorativa del 142 aniversario de la Lotería Nacional, Teófilo Quico Tabar ofreció un discurso que fue mucho más allá de la celebración. Con el arzobispo Francisco Ozoria como principal figura eclesiástica presente, Tabar aprovechó la ocasión para reflexionar con franqueza sobre la situación actual del organismo y del complejo mundo de los juegos de azar en República Dominicana. A través de un tono pausado pero directo, expuso las dificultades, desafíos legales y su visión sobre el camino que debe seguir la institución.
Desde el inicio de su intervención, Tabar dejó claro que la Lotería Nacional ha perdido hace años las atribuciones para regular y fiscalizar las bancas de lotería, una potestad que pasó a manos de otros organismos gubernamentales. En consecuencia, la Lotería se ha reducido prácticamente a gestionar sorteos, sin control efectivo sobre los puntos de venta que proliferan en el territorio. A esta fragmentación se suman las seis concesionarias de loterías electrónicas que realizan sorteos diarios y manejan parte del ecosistema de bancas, lo que profundiza la dispersión del sector.
Ante este escenario, Tabar reveló que el presidente Luis Abinader planteó la necesidad de reorganizar el sector en una sola entidad reguladora. Explicó que se elaboró un proyecto de ley que podría devolver las facultades regulatorias a la Lotería o bien crear la Dirección General de Juegos de Azar. Sin embargo, este proceso no ha sido sencillo. Diferentes propuestas provenientes del Congreso, propietarios de bancas y el Ministerio de Hacienda han generado conflictos de interpretación entre los actores involucrados. A pesar de las divergencias, Tabar señaló que el proyecto está en su fase final, aunque advirtió sobre ciertos cambios que considera inapropiados.
Con gran énfasis, destacó la importancia de otorgar al futuro organismo la capacidad de aplicar sanciones administrativas, incluso provisionales. Según el administrador, algunos funcionarios priorizan el cumplimiento del debido proceso por encima de las sanciones necesarias para combatir infracciones graves. “Nos enfrentamos a una burocracia que complica innecesariamente los procesos”, declaró, dejando entrever su frustración hacia procedimientos arrastrados del pasado que han frenado avances significativos.
A pesar de las complejidades, Tabar resaltó los avances logrados bajo el Decreto de Regularización impulsado por el presidente Abinader, con el respaldo de un Consejo de Seguimiento multidisciplinario. Según sus palabras, este proceso, que ha contado con la colaboración del sector de bancas, ha superado incluso las expectativas de funcionarios escépticos. Sin embargo, lamentó que la culminación del mismo se haya visto obstaculizada por factores fuera de su control.
En un momento especialmente introspectivo del discurso, Tabar compartió que está en plena reflexión sobre su continuidad en el cargo. Admitió que su trabajo en el sector del juego, un ámbito que no le resulta del todo agradable, ha estado marcado por la resistencia a prácticas burocráticas que considera contraproducentes. “Reflexiono sobre si esta resistencia me convierte en un obstáculo para el desarrollo del proceso”, confesó, dejando abierta la posibilidad de tomar decisiones trascendentales sobre su futuro profesional.
El administrador también dedicó un emotivo agradecimiento al presidente Abinader por confiar en su experiencia y darle la oportunidad de servir al país, a pesar de su avanzada edad. Asimismo, expresó su gratitud a los miembros del Consejo Consultivo de la Lotería Nacional por su compromiso desinteresado, mencionando con especial respeto a aquellos que han fallecido recientemente. “Gracias a Dios por permitirme mantenerme firme en el derecho a disentir con respeto”, concluyó, cerrando su discurso con un llamado a la paz, la comprensión y la esperanza en el futuro de la nación.
Este mensaje de Quico Tabar no solo expuso los desafíos estructurales que enfrenta la Lotería Nacional, sino que también mostró a un líder reflexivo, consciente de la necesidad de cambios profundos en el sector de juegos de azar. Su intervención dejó claro que el camino hacia una nueva etapa institucional requiere voluntad política, reformas legales sólidas y un compromiso decidido por parte de todos los actores involucrados.