Industria impulsa empleo femenino y conexión con grandes productoras extranjeras
La industria cinematográfica de la República Dominicana ha demostrado su impacto en la economía del país, creando más de 25,000 empleos en los últimos tres años, impulsados en gran medida por la Ley 108-10, que ha inyectado alrededor de RD$10,141 millones desde su implementación en 2011.
Esos datos se destacaron en un foro sobre la Ley de Cine realizado en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), en el cual participaron representantes clave del sector.
Durante el evento, Yvette Marichal subrayó cómo esta legislación no solo ha generado empleos sino que ha abierto puertas a la colaboración internacional, al tiempo que ha capacitado a miles de trabajadores, de los cuales más de la mitad son mujeres.
La exdirectora de la Dirección General de Cine, indicó que la Ley 108-10, creada para fomentar el desarrollo cinematográfico en el país, también contribuye al ingreso de divisas y a la promoción cultural.
"Los incentivos fiscales para producciones locales han permitido que el cine dominicano florezca sin requerir grandes desembolsos estatales", explicó Marichal, mencionando que el modelo ha posibilitado la producción de 195 películas en ocho años, un salto impresionante frente a las escasas 101 producidas en los 88 años anteriores.
Desafíos en distribución y proyección internacional
En el debate, la abogada Claudia Saviñón abordó el problema de la distribución cinematográfica, uno de los mayores desafíos que enfrenta el cine local. Actualmente, una única cadena de cine controla la distribución en el país, lo que limita el tiempo de exposición en cartelera y restringe el alcance del cine nacional.
“La solución puede estar en plataformas de streaming que permitan al cine dominicano llegar a un público más amplio”, sugirió Saviñón, añadiendo que estas plataformas podrían ser una vía para consolidar la audiencia local e internacional.
Félix Manuel Lora, coordinador de cine en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, hizo hincapié en la necesidad de ampliar las ventanas de exhibición para que las películas locales puedan sostenerse en el mercado.
Mientras que la cineasta Violeta Lockhart señaló que la academia debe jugar un rol activo en la formación de una audiencia consciente de la relevancia del cine local.
"Desde las universidades y el Estado, urge ver la cultura como una prioridad y fomentar espacios para su apreciación", afirmó Lockhart.
Futuro de la Ley de Cine y Oportunidades de Mejora
El foro también abordó la necesidad de optimizar la Ley 108-10 para potenciar la industria en el largo plazo. Lora, uno de los participantes en la redacción inicial de la ley, subrayó que la legislación ha servido como fundamento para el crecimiento de la industria local, aunque aún quedan áreas por mejorar.
Entre las propuestas, los panelistas sugirieron que se incluyan incentivos específicos para difusión y promoción de las producciones nacionales, de manera que el público dominicano pueda conocer y valorar su propio cine.
Además, Saviñón propuso la ampliación del incentivo fiscal del Artículo 39 de la Ley 108-10, que actualmente otorga un crédito fiscal del 25% sobre los gastos realizados en producciones nacionales.
Dijo que ese incentivo ha sido fundamental para atraer grandes producciones internacionales al país, que han traído consigo un retorno de inversión significativo.
"Gracias a este modelo, grandes productoras como Netflix, Disney y Warner Brothers eligen la República Dominicana para sus proyectos", detalló Saviñón.
La discusión sobre el futuro de la Ley de Cine dejó claro que la legislación ha sido clave para el crecimiento del sector cinematográfico dominicano. Sin embargo, la expansión en distribución, promoción y el fortalecimiento de incentivos fiscales se perfilan como áreas cruciales para consolidar este avance y asegurar que el cine dominicano continúe siendo un motor de empleo, capacitación y conexión con las principales industrias cinematográficas del mundo.