Nosotros somos negros en un alto porcentaje, con escasa cantidad de blancos y mulatos.
Son muchos los que opinan y escriben a diario a favor de nuestra soberanía y de nuestro derecho a tomar todas las medidas, o a disolver algunas existentes, a fin de ordenar la ‘casa’ y trabajar por una Nación más digna, justa, solidaria y democrática.
Pero, aunque son pocos, hay otros nacidos aquí, criados, educados y residentes que muestran más fervor por los haitianos que por los dominicanos. Y a esos los acompañan unos organismos extranjeros que, o les pagan buenos salarios, les cubren ONGS o los chantajean para obtener sus respaldos en objetivos obscuros que ponen en riesgo nuestra soberanía.
Esos organismos insisten en repetir con toda maldad que la República Dominicana debe ser más solidaria y acogedora de haitianos en situaciones difíciles, aparte de los dos o tres millones que ya están en ‘casa’.
E insisten en que no debemos deportar, repatriar o dejar en la frontera de Haití a esos ciudadanos, que viven y trabajan aquísin un papel, documento, cédula o pasaporte que los identifique clara y personalmente.
Agregan esos organismos que nosotros somos racistas, xenófobos y enemigos de los haitianos, cuando la realidad aquí y allá es todo lo contrario.
Nosotros somos negros en un alto porcentaje, con escasacantidad de blancos y mulatos. Y convivimos con los haitianos desde antes de 1822 cuando entraron de lleno a nuestro territorio, duraron 22 años y siguieron insistiendo y amenazando con impedir la solidez de la patria creada por Juan Pablo Duarte y demás patriotas.
Todos esos organismos y sus socios locales saben que entre los países más racistas del planeta están Estados Unidos, China, Rusia, Italia, Alemania, Nueva Zelanda y Australia, y nunca nadie se lo saca en cara.
Ya estamos cansados de tantos ciudadanos haitianos ilegales‘haciendo nada’ en barrios, esquinas, casas, hoteles, negocios, comunidades y provincias, todos sin papeles y sin interés en normalizar sus estatus. Y cansados de los falsos apóstoles criollos que los utilizan en algunas tareas pagándoles mal, tratándolos mal y haciéndonos ver a los dominicanos como si fuéramos insensibles.
Racistas son los haitianos que no aceptan blancos en su país dirigiendo ningún organismo, y mucho menos en las altas esferas palaciegas. Xenófobos son los haitianos que desprecian a los dominicanos desde 1822 creyéndose que ellos son los dueños de nuestro territorio. Mal agradecidos son los haitianos que NUNCA dan las gracias ni se comportan correctamente ante un país que los acepta y ayuda, los emplea y trata mejor que USA a los inmigrantes en dicho país.
Y ahora, en un paso firme dado por el gobierno presidido por Luis Abinader, que no debe echarse atrás, aunque lo pidan ONU, OEA y todos sus ‘santos locales’, miles son deportados hacia Haití y se exigen tratamientos a personas que no tienen documentos, propiedades ni nada en este país.
Dudo mucho que alguna de esas personas que abogan por los haitianos y por un tratamiento más humano cuando son detenidos y deportados, hayan tenido a algunos de ellos en sus casas o propiedades, les hayan dado albergue como empleados o los socorran cada vez que los saludan, como sí hacemos muchos cuando los vemos en las calles, campos y ciudades de nuestro país, que ellos han querido y quieren destruir, para así equipararlo al suyo.
¡QUE DUARTE Y SU LEGADO NOS AMPAREN ANTE TANTA MALDAD CONTRA REPUBLICA DOMINICANA! Por Luis S. Fernández P.
1ro de noviembre de 2024.