En la era digital, los ciberdelincuentes saben que muchos usuarios están menos alerta en fechas especiales como Halloween o el Día de los Muertos, lo que los convierte en presas fáciles para ataques cibernéticos.
La realidad es que esas amenazas no desaparecen con los disfraces; de hecho, persisten y evolucionan, enfocándose en métodos aparentemente inofensivos, pero que pueden resultar altamente efectivos por lo que es importante saber de cuatro amenazas digitales con aparente piel de cordero, pero realmente peligrosas, destaca Portaltic/Europa Press.
Para muchos, la oportunidad de conectarse a una red WiFi pública en el aeropuerto, la estación de autobuses o una cafetería resulta irresistible, especialmente en fechas donde el consumo de datos es elevado.
Sin embargo, estas redes suelen ser como “calabazas vacías”: por fuera aparentan ser seguras, pero en realidad los cibercriminales las utilizan para interceptar datos personales, incluidas contraseñas y credenciales bancarias.
Algunos ciberdelincuentes incluso crean puntos de acceso falsos, simulando redes seguras, para engañar a los usuarios y acceder a su información.
El comercio electrónico se ha convertido en un hábito cotidiano, pero esto también significa que las estafas y trampas digitales están a la orden del día.
Los sitios web de phishing, diseñados para parecer tiendas en línea legítimas, son un arma común de los cibercriminales.
Los usuarios desprevenidos pueden encontrarse con enlaces maliciosos y plataformas fraudulentas que capturan sus datos financieros, convirtiendo una compra en línea en una pesadilla digital.
Las promociones y ofertas por SMS, WhatsApp o correo electrónico pueden parecer tentadoras, pero muchas veces son trampas para atraer a los usuarios hacia sitios o enlaces fraudulentos.
Para ganar la confianza de las víctimas, los atacantes emplean números de teléfono locales y mensajes personalizados, lo que hace que parezcan comunicaciones legítimas. Pero basta con hacer clic en uno de estos enlaces para exponerse a malware que puede comprometer los dispositivos.
Los códigos QR han ganado popularidad en establecimientos y eventos, pero, en manos equivocadas, son una herramienta perfecta para los cibercriminales.
Al escanear un código QR malicioso, el usuario puede ser redirigido a sitios fraudulentos que capturan su información personal y financiera.
Por eso, es esencial verificar que el código provenga de una fuente confiable antes de escanearlo y revisar cuidadosamente la URL en la barra de direcciones del navegador.
Para evitar ser víctima de estas amenazas aparentemente inofensivas, es fundamental usar soluciones de seguridad como antivirus y programas que protejan los datos personales de agentes maliciosos.
La precaución y el escepticismo son los mejores aliados en el mundo digital: antes de conectarse a una red pública, realizar una compra en línea o escanear un código QR, verifica siempre la fuente y emplea herramientas de seguridad confiables.
La calma y la vigilancia constante son las verdaderas claves para navegar seguro.
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